Tenemos una empresa productiva del estado que ha sido y seguirá siendo usada como la utopía perfecta, al ser la parte garante del ingreso de este país, con una deuda consolidada de 115 mil millones de dólares, que no tiene forma de disminuir.

El problema de Pemex no radica en la operación del negocio sino en la parte financiera de la empresa. Operativamente, funciona en la parte de extracción de hidrocarburos para su comercialización. En donde no se ven resultados positivos es en la refinación. Se convertirá en un lastre al no hacer mantenimientos correctivos a las plantas en general.

La otra utopía es colocar ideas virtuales de corto plazo y no planear las realidades al largo plazo. Hoy hemos regresado al control de precios máximos a un mercado que depende de más de 80% de la logística, y que es el gas licuado del petróleo (GLP).

Pretendemos crear un mercado imaginario, al querer subsidiarlo (podría costar entre 150 a 200 mil millones de pesos por año), y determinar que alguien está aprovechando, sin tener la información real de este. 

Gran parte de los valores a obtener en los próximos seis meses, bajo esta realidad virtual, dependerá de la información que den los permisionarios, y cuyas únicas variables, no controladas, son la inflación y el precio de la molécula del combustible.

La última utopía es la ligada a la Comisión Federal de Electricidad (CRE), que en sus últimas declaraciones ha manifestado que tiene un gasto no contemplado de 65 mil millones de pesos, y que está afectando al balance financiero, al tener que pagar este adeudo, y que a la fecha no se sabe si será reconocido en el gasto corriente del país.

En México, nuestra utopía es pensar que cada administración traerá consigo cambios a la sociedad, y colocamos en la mente aspectos de la realidad por otros imaginarios que no tienen un por qué en el futuro.

Un estudio reciente de nombre “The mortality cost of carbon” indica que el cambio de temperatura es una de las variantes que podrá ser, y será, parte de los índices de mortalidad de las personas, recordando que la evolución y adaptación de los seres vivos no es en segundos o años. Tiene que llevarse un proceso natural biológico y acelerarlo ocasionará trastornos en cada uno de ellos.

La variable de temperatura podría incrementarse en el planeta 4.1oC a la actual, y de acuerdo con las fórmulas y datos obtenidos en el estudio, en el 2100, 604 millones de personas podrían fallecer, pero si llegásemos sólo a 2.4oC, serian 308 Millones.

En México, con el crecimiento poblacional esperado, podrían morir entre 4 a 8 millones de personas por el cambio climático, lo que representa un incremento de entre el 5 y el 7% de 2020 a 2100, a 4.1oC, y 2 a 3% a 2.4oC.

Sumemos el Covid-19, la mala calidad del aire y el sobrepeso. ¿En cuánto saldrá para México el costo social, por el incremento de la temperatura? En 93 billones de pesos.

El cambio climático y la contaminación del aire serán los principales factores de riesgo en el futuro, que más afectarán al ser humano, los cuales se sumarán al Covid-19 y sus variantes, ello, considerando que el cambio generacional de automóviles de combustión a eléctricos sería de entre el 2080 a 2100 con base a las políticas actuales, inversiones, y el cambio de paradigma de los consumidores.

Es aquí a donde empieza nuestra utopía, al dejar lo evidente del presente para el futuro, cuando este último indica que no existe.

En México, continuamos en un autoflagelo de la cubeta de los cangrejos, llamada ideologías de autoengaño. La pregunta es: ¿Cuánto podemos durar así?

En diferentes países, tienen una ventaja en capacidades de la percepción de la realidad, herramienta principal de raciocinio, que es el sentido común de supervivencia de largo plazo. Están determinando qué tipo de energía primaria tomar y el tipo de secundaria a obtener para su utilización; están mejorando o capturando con tecnología propia el calor, gases de efecto invernadero y controlando no incrementar la temperatura, y todo esto requiere de inversiones, que algunos gobiernos no tendrán cómo.

Una de las grandes trampas en la mente es pensar que la realidad es virtual y un paralelismo disfuncional proveniente de una persuasión de auto placer, al tener placebos de felicidad de que lo que hace uno es lo correcto para mi entorno y no para el entorno.

¿México deberá seguir beneficiando sus utopías o deberá adaptarse a los cambios que están ocurriendo en forma rápida en el mundo por el planeta?

Por Ramses Pech – Grupo Caraiva – León & Pech architect

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