La inflación es uno de los indicadores más importantes de la economía, ya que permite medir la evolución de los precios de los bienes y servicios que consumen los hogares. Sin embargo, a pesar de su importancia, muchas veces el concepto se percibe muy lejano del sentir de la población. En parte, esto se debe a que el concepto tiene una interpretación agregada de la economía, de ahí que sea relevante desagregar el indicador para entender como le afecta en el bolsillo a las personas.

La inflación mide la variación anual en el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC). Como todo precio, se determina por la interacción entre los productores de servicios (oferta) y los consumidores (demanda). Al respecto, en los últimos años, el mundo, y México no es la excepción, ha experimentado un aumento en precios (las múltiples explicaciones son tema de otro artículo).

En la siguiente gráfica se muestra la evolución reciente de la inflación general en México que estima el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Es posible apreciar un punto mínimo que se observó en abril de 2020, posteriormente un incremento que llegó a 8.7% en agosto de 2022 y, a partir de este momento, se observa una disminución pronunciada y constante.

Si desagregamos la información es posible dividir a la inflación en dos componentes: subyacente y no subyacente. La inflación no subyacente incluye los bienes más volátiles de la economía, por ejemplo, agropecuarios, energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno; mientras que la inflación subyacente incluye mercancías y servicios.

En la siguiente gráfica se aprecia la volatilidad de la inflación no subyacente (azul) y cambios más suaves en la inflación subyacente (rojo). También se observa una senda decreciente de la inflación subyacente. Esto es relevante ya que la inflación subyacente es el componente que describe el rumbo de los precios en el largo plazo.

Desagregando aún más la información, es posible analizar el cambio en precios a nivel producto o servicio. El INEGI establece la clasificación de “Precios de genéricos para producción total”, en la cual hay más de 500 productos. Una forma práctica y sencilla de presentar el comportamiento de algunos de estos productos es analizar los 5 que más han aumentado en precio y los 5 que más han disminuido.

En la siguiente gráfica se observa que los productos que más han aumentado en precios están dentro de la clasificación de alimentos como zarzamora, limón, café, piña y jitomate. Lo cual no es sorpresa, considerando como dijimos anteriormente, que los productos no subyacentes son los que tienen mayor variación en precios. De hecho, si hiciéramos este ejercicio en algún otro momento probablemente observaríamos otros 5 productos incluidos en la inflación no subyacente. Por otro lado, vemos que lo que los que más han disminuido en precio son el carbón mineral, aguacate, óxido de etileno, polietileno y amoniaco.

Del análisis previo se desprende la importancia de analizar la información económica de México con el mayor nivel de desagregación posible con el objetivo de conocer qué ha sucedido y en consecuencia se implementen acciones estratégicas con esta información.

Además de mostrar el dato duro, el presente texto tiene la intención de mostrar el potencial que tienen las visualizaciones y el análisis de datos para trasmitir un mensaje claro, simple y concreto, en este caso aplicado a datos económicos.

¡La vida es mejor con datos!

Por Luis Federico Puente

Director general de Datamétrica (@DatametricaMX)

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