Los mexicanos se vieron en la necesidad de retrasar sus pagos de tarjetas crédito y financiamientos personales, automotrices y de nómina ante el incremento en las tasas de interés por parte del Banco de México y los históricos niveles de inflación que se observaron en 2017. Si bien no en una proporción alarmante, la morosidad prendió ‘focos amarillos’ en varios rubros, según la Comisión Nacional Bancaria y de Valores. Éstas son algunas cifras: el nivel de incumplimiento de la cartera total al consumo, medido a través del Índice de Morosidad (IMOR), aumentó de 4.34% a 4.62% de noviembre de 2016 a igual mes de 2017. Destacan los casos de BanCoppel y Banco Ahorro Famsa, que se enfocan a segmentos de la población de menores recursos. Si bien ambos redujeron sus niveles de impago, tienen las cifras más altas, con 18.35 y 16.11%, respectivamente. Al interior de la cartera de consumo, el IMOR de las tarjetas de crédito pasó de 5.14 a 5.52%. En este caso el nivel más alto lo tiene Banco Azteca, con 34.35%. El atraso en los créditos personales aumentó de 5.32 a 6.06% de la cartera total, con Banco Ahorro Famsa con el nivel más alto: 16.41 por ciento. La morosidad en la cartera de financiamiento para adquisición de bienes muebles se incrementó de 5.07 a 7.96%, mientras que la automotriz se mantuvo en niveles bajos, aunque con un repunte de 1.54 a 1.66 por ciento. Cuando se considera la llamada Tasa de Deterioro Ajustada, un indicador que muestra el nivel de cartera vencida, más las quitas y castigos que los bancos realizan para limpiar su balance financiero, se puede ver que este fenómeno afectó a 13.31% de la cartera total de consumo. En mayo de 2017, la calificadora Moody’s, de Alberto Jones Tamayo, advirtió de riesgos por un deterioro de la calidad de los activos de la banca, en línea con un entorno de alza de tasas de interés, inflación relativamente alta y débil crecimiento económico, situación que -dijo- pesaría sobre el ingreso disponible y la capacidad de pago de los deudores. Las expectativas se cumplieron. Con la inflación histórica que se registró en 2017 (6.77% a tasa anual, el nivel más alto en más de 16 años), el salario real de los mexicanos se vio afectado. De acuerdo con David Kaplan, especialista del mercado laboral para el Banco Interamericano de Desarrollo, el salario real promedio de los trabajadores afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social cayó 1.2%. Ante este panorama, una de las primeras reacciones que tienen las personas es dejar de pagar las deudas para estirar lo más posible la quincena. Además, también los créditos se encarecieron, pues el Banco de México, de Alejandro Díaz de León, subió cinco veces su tasa de referencia para, precisamente, controlar la inflación, con lo cual el llamado precio del dinero pasó de 5.75 a 7.25%, el nivel más elevado desde marzo de 2009 ¡Un fuerte impacto! Para este año es probable que permanezca relativamente alta la morosidad, pues si bien la inflación se espera que descienda, las tasas seguirían aumentando o, en el mejor de los casos, quedaría en un nivel similar al actual.

En corto

La semana pasada se oficializó la llegada de Irene Espinosa como subgobernadora del Banco de México, con lo cual se rompió el Club de Tobi que caracterizaba al banco central. Sin duda, es un paso hacia la equidad de genero en México, pero mientras eso pasaba, en Hacienda otra mujer, Vanessa Rubio, dejó el cargo como subsecretaria, cuyo puesto será ocupado por Miguel Messmacher. Messmacher es reconocido por su capacidad de negociación y técnica, pero con su nombramiento se volvió a formar el Club de Tobi en Hacienda. Entonces, ¿avanzamos en equidad de género? Sígueme en Twitter: fhernandofranco