La ética es un componente fundamental de la libertad. La empresa es una expresión de nuestra autonomía y de nuestra libertad. Por tanto, la empresa debe enmarcarse por la ética y la responsabilidad. La disociación de estos elementos materializa uno de los siete pecados capitales sociales descritos por Gandhi: negocios sin ética. No piensen que estoy filosofando y que la conexión entre estos fundamentos del capitalismo moderno se trata tan solo de una cuestión abstracta; por el contrario, tienen un alto valor funcional. El gran pensador Francis Fukuyama demostró que “las organizaciones más eficaces se basan en comunidades de valores éticos compartidos”, que son el fundamento para construir altos niveles de confianza y para reducir los costos en el mundo de negocios. Este aspecto se vuelve fundamental, pues de esta manera, la confianza se convierte en la principal moneda de cambio en el mercado, agiliza y simplifica el intercambio comercial y permite que empresas y consumidores ganen. Sin duda, la confianza es el motor del crecimiento económico. De ahí que resulta imperativo en el México de nuestros días, avanzar de manera sólida en la ética empresarial y en la consolidación de confianza en el mercado. Por estas razones, es que trajimos a México la organización con mayor prestigio, antigüedad, consolidación y magnitud en el mundo, especializada en fortalecer la reputación de las empresas a partir del mérito, su responsabilidad ante los consumidores y la promoción de mejores prácticas comerciales, códigos de ética y de autorregulación. La Better Business Bureau –BBB- es una organización sin fines de lucro que desde 1912 vincula a negocios y consumidores en torno a un sistema de información, atención y acreditación, que impulsa el desarrollo económico. Esta tarea la desarrolla a través de 113 oficinas en Canadá, EUA y México. Por más de 100 años, BBB ha sido el espacio idóneo mediante el cual más de 480 mil negocios acreditados por la BBB se vinculan con mayor confianza con consumidores y otras empresas, y contribuyan a su crecimiento y expansión, siempre a partir de una visión ética. Ambos aspectos descritos son empleados por 170 millones de consumidores al año, que buscan información confiable y veraz sobre la reputación y comportamiento de las empresas. De esta manera, BBB en México es una doble apuesta. Por un lado, a partir de reconocer que el comercio desarrolla y esparce redes interpersonales, les demos a éstas un contenido de valores y ético, con lo que se hará más eficientes y confiables estos canales. Por el otro lado, estamos convencidos que es la mejor fórmula para redimensionar el TLCAN, pues no basta ser una región de intercambio comercial, sino que debemos avanzar en una comunidad de valores compartidos que se refleje en mayor confianza, intercambio de conocimiento, y crecimiento del capital humano de las empresas. La confianza y valores son el mejor idioma para hacer negocios. Así, BBB México y Profeco firmamos un convenio de colaboración, con el cual uno de los compromisos consiste en apoyar a las empresas a que desarrollen sus estrategias de cumplimiento legal y reduzcan riesgos de sanciones. Aunque parezca como algo evidente que una ley debe ser cumplida de manera automática por las empresas, en la vida real esto no pasa. Si reconocemos que México está enfermo de sobrerregulación y que la ley no necesariamente genera certidumbre, sino que la interpretación y aplicación de ésta en muchos casos encuentra ambigüedades e incluso contradicciones de criterios, el reto de nuestro mercado no es tener más leyes, sino avanzar en el cumplimiento de la misma, lo que a su vez permita evaluar la idoneidad y vigencia de cargas regulatorias, para dar el paso a su simplificación. De esta manera, BBB contribuirá al cumplimiento de la ley en beneficio de las empresas y consumidores. Buscamos ser un factor de confianza en el mercado. Lo anterior permitirá hacer que el derecho evolucione y demuestre su valor social y económico, mediante la innovación en programas de autocumplimiento legal, en la cual la BBB será una aliada con Profeco, para avanzar en el Estado de Derecho de las relaciones de consumo, el cual será más sólido y sustentable, en la medida que desde la empresa, en tanto el principal sujeto normativo obligado para cumplir con la Ley, sea la primera en internalizar esa conducta, mejorar sus prácticas corporativas, y hacerlo parte de su propósito y visión frente a los consumidores. Al simplificar el cumplimiento de la ley, se evitan también potenciales prácticas indebidas, con lo que la legalidad, ética y empresa se alinean. Si a esto le sumamos que BBB incidirá en que el mercado sea transparente y con información confiable, se generan así incentivos para que las empresas apuesten a cuidar mejor su reputación, apostarle al largo plazo y se genera un sistema de rendición de cuentas comercial. Estas acciones serán la base de una revolución de pensamiento, en donde el nuevo paradigma sea el emprendimiento y la ética. Hace un par de años, Fernando Savater en su libro Ética para la Empresa, describía que en la Antigua Grecia, el modelo de un hombre ideal pertenecía al “héroe de la ciudad”; en la Edad Media, fue “el santo”; durante la Ilustración, le correspondió al “sabio”. Ahora en la época posmoderna, el modelo del hombre o mujer ideal es el empresario “creador de la actividad productiva y económica porque es el que, de alguna manera, todos quieren ser y alcanzar, y porque representa el nivel más alto, envidiable y logrado de la escala social”. En BBB México entendemos esta realidad y tendencia. Por eso estamos acompañando este movimiento de empresarios insatisfechos con su entorno y que quieren transformarlo, pues en cada uno existe un agente de cambio. Asimismo, en la medida que el crecimiento económico de nuestro país implique el surgimiento de nuevos empresarios, con innovadoras iniciativas, es necesario brindarles los incentivos adecuados para que su desarrollo se enmarque en la legalidad y en la ética, y evitar que esa corrupción lacerante sea quien condicione su comportamiento. De ahí que con BBB seremos fieles a nuestra tradición centenaria y estamos construyendo comunidad entre empresas y consumidores a partir de compartir valores comunes. Nuestro modelo beneficia tanto a PYMES que tienen la necesidad de crecer y avanzar en confianza con sus clientes, así como con los grandes corporativos, que requieren generar sinergias con organizaciones que les permitan reducir riesgos legales que afecten su reputación y comunicarse con los consumidores de diferente manera. Por eso, BBB es un movimiento que impulsa a que las empresas piensen en el largo plazo, quienes al proyectar cuál será el legado que dejarán en el futuro, también sepan que están construyendo un mejor futuro para nuestro país. En México se multiplican casos de emprendedores que “hace empresa” a partir del trabajo y esfuerzo diario por cuidar su reputación y brindar un servicio inolvidable a sus clientes. Así, “hacer empresa” es también hacer Nación. Pensar en el legado que dejará tu empresa, significa pensar en el legado que nuestra generación dejará a nuestros hijos. Por eso, la apuesta para fortalecer a México, es hacer empresas éticas que se ganen la confianza de sus consumidores, en donde BBB será su principal aliado. *Extracto de las palabras dirigidas con motivo de la firma del Convenio de Colaboración entre BBB México y la Profeco. Bernardo Altamirano Rodríguez @beraltamirano