- Precios inflados. Resulta frecuente encontrar algunas prácticas engañosas consistentes en subir de manera previa el precio de los productos, para después difundir el “gran” descuento o promoción. Cuando un precio es inflado con el fin de permitir una oferta subsecuente de mayor reducción, el consumidor no está recibiendo el descuento esperado y está siendo objeto de un engaño. En tal caso, el precio “reducido” es probablemente solo el precio regular. Incluso en otros años, la Profeco ha encontrado aumentos en algunos productos electrónicos de hasta el 30%. El punto es que es muy difícil sancionar estas prácticas, pues en un mercado sin control de precios, cómo se identifica si fue un engaño o un ajuste natural. De entrada, uno debería pensar que no se necesitaría aumentar previamente precios de productos o servicios que están por rematarse, pero la ley en sí misma no es suficiente para definir contundentemente esta problemática. Por eso se requiere de un mecanismo de mayor transparencia respecto de la adhesión a esta campaña y de los resultados que observaron los organizadores ante negocios que tuvieron malas prácticas, aún cuando éstas no hayan sido objeto de una sanción.
- Publicidad anzuelo. En EUA la Comisión Federal de Comercio (FTC por sus siglas en inglés) tiene experiencia en combatir lo que denomina “bait and switch advertising”, para lo cual incluso cuenta con unas directrices que enmarcan su actuar. Al respecto, definen “publicidad anzuelo” como una “atractiva pero insincera oferta para vender un producto o servicio el cual el anunciante en realidad no intenta o quiere vender. El propósito consiste en hacer al consumidor cambiar la compra del producto promocionado, con el objetivo de vender otra cosa diferente, normalmente en un precio más alto o en condiciones más ventajosas para el vendedor”. Una de las formas más comunes en que incurren algunos malos negocios consiste en presentar una insuficiente o escasa oferta de los productos promocionados. Imagínate que llevas esperando semanas para comprar la computadora que mejor le ajusta a tus hijos, y encuentras una gran oferta. Asistes desde temprano a la tienda, pero ya están agotadas, y en cambio existen otros productos, sobre los cuales no vas preparado en haber identificado condiciones ni precios, pero ya estando en la tienda, te entra la ansiedad por comprarla. Usaron como anzuelo un producto estrella, para que compres otro. Este abuso es todavía más difícil de identificar que el anterior, y por lo mismo es más empleado por los malos negocios. Por eso, como consumidor no pierdas la brújula. Si habías analizado un producto o servicio de tu interés y ya no está disponible, que no rompan el flanco de tu racionalidad y te ganen por la ansiedad de compra. Date media vuelta y busca en otro lugar.