Aeromar alista su plan de vuelo para los próximos cinco años, de la mano de Synergy Aerospace, empresa con la que firmó un acuerdo de inversión por hasta 100 millones de dólares por 49% de las acciones de la aerolínea mexicana, propiedad de la familia Katz. La estrategia es ambiciosa. Considera ampliar destinos; incrementar su flota, incluso con nuevos modelos de avión a los clásicos ATR con los que normalmente vuela; renovar su base tecnológica y esquema mercadológico, además de cambios culturales que la llevarían a crecer al menos 40% en 2018. La brújula de este plan de vuelo dirige a una metamorfósis que marcará un hito en la celebración de sus 30 años de operación de manera ininterrumpida. Sin embargo, si esta alianza es aprobada por las autoridades, una de las mayores modificaciones que veríamos en el mediano-largo plazo es un cambio de la marca a Avianca México. Les cuento por qué. La inversión de Synergy Aerospace, de Germán Efromóvich, puede conducir a esta evolución en el nombre de la aerolínea. Synergy es el controlador de Avianca Holdings, accionista de la colombiana Avianca. Además, Synergy Group adquirió la aerolínea MacAir Jet, de la familia Macri, en Argentina, a la cual registró con la razón social de Avian Líneas Aéreas, y celebró un contrato de licencia para utilizar la marca comercial Avianca Argentina, según aclaró la propia Avianca.  Algo parecido pasó en Brasil: Synergy adquirió a OceanAir para después convertirla en Avianca, sin que pertenezca a Avianca Holdings. Si bien Synergy no será accionista mayoritario en Aeromar, porque la ley no lo permite, la semana pasada el director de la línea aérea mexicana, Andrés Fabre, aseguró que -por el momento- no está previsto en el plan de vuelo que Aeromar cambie de nombre comercial a Avianca, pero no descartó la posibilidad de que esto suceda en un futuro. ¿Será que preparan el despegue de Avianca México? Lo veremos con el tiempo.

En corto

El fin de semana avanzó en el Senado de Estados Unidos la temida reforma fiscal de Donald Trump, la cual busca bajar las tasas de impuestos a empresas para atraer más inversiones. Hasta el momento se desconoce si se votará para ponerla en marcha en 2018; de ser así, esta medida sometería en serios aprietos al mundo entero, pero en especial a países como México. De acuerdo con diversos analistas, el gobierno federal tendría que modificar su marco tributario para no perder competitividad. Sin embargo, la chamba quedaría en manos de la siguiente administración, porque las cuentas públicas para 2018 ya están planchadas. Lo que preocupa es que el margen de maniobra fiscal de México no es precisamente el más holgado, pues prácticamente todo el presupuesto está comprometido. Veamos si se aprueba esta reforma en Estados Unidos y cómo reacciona México. Sígueme en Twitter: fhernandofranco