Las empresas que cotizan en Bolsa tuvieron hasta finales del mes de octubre para dar a conocer al público inversionista sus resultados financieros al 3T19. El conocimiento de dichas cifras con periodicidad trimestral permite a los analistas e inversionistas saber qué tanto se han desviado sus estimados previos en términos de Ventas y Utilidades con respecto a la operación real de la empresa, y de esta manera hacer una reevaluación de la emisora, revisar su rendimiento estimado hacia los meses por venir y con ello reiterar o modificar la recomendación de inversión.  En esta ocasión, las empresas que cotizan en la BMV y que pertenecen a la muestra del principal indicador, el IPyC, presentaron un crecimiento promedio respecto al mismo periodo del año anterior, del 3.0% en Ventas, del 6.9% en Ebitda y del 0.8% en Utilidad Neta. Desde nuestro punto de vista los resultados los calificamos como neutrales, ya que el crecimiento fue moderado sobre todo al compararlo con la tendencia histórica, aunque reconociendo que lograron sortear con éxito un complejo entorno internacional, la incertidumbre local y la difícil base de comparación que tenían respecto al año anterior, gracias a la diversificación de sus ingresos, beneficios contables y estabilidad en el tipo de cambio. Por otro lado, decimos también que los resultados estuvieron en línea con lo estimado, por que resultó muy similar a lo que esperaba el consenso de mercado, por lo que no hubo sorpresas (ni positivas ni negativas), es decir, las cifras se mantuvieron en su mayoría en un rango aceptable de predicción.  No obstante, resulta interesante señalar que estos crecimientos se dan a pesar de un escenario de estancamiento en nuestra economía, recordemos que el PIB al 3T19 presentó una caída de -0.4%, y para todo el 2019 esperamos que las empresas promedien un crecimiento cercano al 3.0% o 4.0% en Ebitda, mientras que el PIB de nuestro país rondará para este año cerca del 0.0%. Dicho diferencial nos habla de que las empresas de Bolsa no necesariamente reflejan la actividad económica del país, ya que las empresas que cotizan en nuestro mercado accionario son empresas de gran tamaño que tienen economías de escala, lo cual les permite tener mayores eficiencias operativas, menores costos de operación y mayores márgenes de utilidad, además, la mayoría de ellas presentan operaciones a nivel nacional pero en algunos casos a nivel internacional, incluso en ocasiones las operaciones internacionales tienen una mayor representación de sus ingresos totales que las operaciones locales. Sin embargo, muchas veces, las operaciones y los resultados de estas empresas pueden funcionar, de cierta forma, como un indicador adelantado de la economía, siempre y cuando consideremos sólo los volúmenes y las operaciones que realicen en nuestro país.  En esta ocasión, las empresas que mejor desempeño tuvieron fueron las de sectores relacionados con el consumo, sector minero y aerolíneas, destacando algunas empresas como Alsea, Peñoles, Cuervo, Gcarso y Kimber, mientras que los reportes más débiles los observamos en empresas relacionadas con el sector industrial, como Alpek, Alfa, Cemex, entre algunas otras. En lo que respecta a su nivel de apalancamiento, observamos que la razón más utilizada, la Deuda Neta/Ebitda, se ubicó sobre niveles de 2.2, nivel similar al observado el trimestre anterior, aunque ligeramente mayor al observado el mismo periodo del año anterior.  En conclusión, lo que podemos decir cuando observamos los resultados con detalle es que claramente hay una desaceleración muy marcada en nuestro país en los diferentes sectores, particularmente en el sector industrial y en empresas relacionadas con el sector automotriz, construcción e infraestructura. También en el sector consumo observamos un cambio en la dinámica de las personas, limitándose en bienes duraderos y privilegiando bienes básicos, menos idas al supermercado y más idas a las tiendas de conveniencia, aunque con menor ticket promedio. Pese a lo anterior, hacia los meses por venir consideramos que pudiera mejorar (marginalmente) la dinámica de nuestra economía por varias razones: 1) Consideramos que la curva de aprendizaje de la nueva administración debió haber quedado atrás, por lo que deberíamos ver menor burocracia y mejor ejecución del gasto público; 2) El sector construcción (el cual mueve varias ramas industriales y es generador de empleos) debería empezar a moverse. De hecho, se esperan varias licitaciones pronto; 3) Las tasas de interés han comenzado a bajar desde agosto de este año y sus efectos en la economía tardan en reflejarse varios meses después. Además, esperamos mayores recortes por parte de Banxico. Con esto, esperamos que se incentive el consumo, el crédito, el desapalancamiento de las emisoras y de los consumidores; 4) Comenzamos a ver algunos indicios de recuperación en la inversión, la cual es la verdadera impulsora del crecimiento. El último dato de Inversión Fija Bruta al mes de agosto cayó -4.3%, sin embargo, con cifras desestacionalizadas, se observó un avance de 1.5% respecto al periodo previo. Una golondrina no hace verano, será importante ver la tendencia en los meses por venir. Así pues, todo parece indicar que después de observar un 2019 en pleno estancamiento, la base de comparación para el próximo año será muy baja, y de esta forma, esperar un ligero crecimiento en nuestra economía (cercano al 1%, tampoco hay para más) no debería de ser tan retador. Carlos Alberto González Tabares / Director de Análisis de Monex Casa de Bolsa [email protected]/ @carlosgtabares; @monexanalisis;