“El viernes hice más cuatro horas de San Gregorio a la Deportiva de Xochimilco, un recorrido que normalmente realizo en 30 minutos”, comentó María Hernández, quien asegura que entrar y salir de esta delegación ya se “convirtió en el deporte extremo de todos los días”.Como María, miles de personas sufren el vía crucis de vivir en Xochimilco, principalmente la población que habita en Santa María Nativitas, Santa Cruz Acalpixca, San Gregorio Atlapulco, San Luis Tlaxialtemalco, Santiago Tulyehualco y Caltongo, por mencionar algunas localidades. Y es que además de las afectaciones que sufrieron estos pueblos de Xochimilco con los terremotos del 7 y 19 de septiembre, que dejó mermas millonarias en viviendas e infraestructura, así como pérdidas humanas, esta zona, en su mayoría, lleva casi tres semanas sin agua y con un gran ‘elefante blanco’: el riesgo de colapso de la carretera vieja a Xochimilco, que amenaza con el derrumbe del cerro y, con él, de cientos de casas que están sobre y en las faldas de éste.



“Sólo cerraron parcialmente la vía, pero no arreglaron nada. El problema no es ahorita, ya tiene tiempo atrás que advierten de riesgos es este paso, sin que las autoridades hagan caso”, aseguró Renato Hernández, habitante de Nativitas.


“Ya vamos para dos meses con cierres y caos vial, y con el miedo de que esto se nos venga para abajo. En esta parte de Nativitas viven muchas familias que están en riesgo, hemos hecho juntas y pedido una y mil veces a las autoridades que nos ayuden, pero no nos hacen caso, ¿qué esperan?, ¿qué pase otra desgracia?”, comenta Rosario Matías, quien tiene su casa en la parte afectada.


“Para ir a trabajar nos tenemos que salir, mínimo, una hora antes, porque como hay tráfico a todas horas, nos vemos en la necesidad de caminar hasta la Deportiva de Xochimilco o hasta el Tren Ligero”, asegura María Hernández.

“Siempre he dicho que vivir en Xochimilco es un privilegio, porque es de los pocos lugares donde aún hay mucha naturaleza viva y tradiciones, pero hoy te puedo decir que si pudiera irme de aquí, me iba con gusto, porque estamos viviendo nuestra peor crisis, al menos desde los 65 años que llevo viviendo aquí”, externó (con lágrimas) Teresa Hernández, habitante de San Gregorio.