Las cifras del INEGI no cuadran… La estimación oficial de crecimiento del PIB en el primer trimestre del 2017 (1T17) con relación al 4T16 elaborada por el INEGI, es de 0.60%, muy por encima de cualquier estimación, pero pareciera irreal si consideramos no sólo el efecto Trump sobre la confianza del consumidor y empresario, los “gasolinazos” y sus claros efectos inflacionarios, sino, sobre todo, que sería la primera vez desde el 2004 que la economía mexicana habría crecido por encima de lo observado en el último trimestre del año anterior, cuando los aguinaldos generan un mayor consumo frente a la llamada cuesta de enero, que este año se agravó. Las cifras del INEGI no cuadran con la realidad nacional. En su primera estimación de lo ocurrido en el 1T17, el INEGI estima que la economía nacional habría crecido en su conjunto 0.60%, lo que rompería una racha de 12 años consecutivos en que México decrece en el primer trimestre de cada año en comparación a lo observado un trimestre antes. El crecimiento del 1T16 con relación al 4T15 fue de -4.00%, en el 1T15 la caída fue de -3.73%, para el 2014 la merma fue de -3.83% y así por el estilo. La razón es muy simple: el consumo privado representa más del 60% del PIB nacional y recibe un gran empuje por los aguinaldos de cada año, las fiestas que organizan las empresas para sus empleados y los gastos en regalos de Navidad, así como las suntuosas cenas que se llevan a cabo. Tan sólo por ello pareciera que no existe forma de que los mexicanos hayan gastado más entre enero y marzo de este año frente a lo observado entre octubre y diciembre del 2016. Si revisamos otros indicadores relacionados con la actividad económica, Banxico, al recopilar las cifras del crédito de todos los bancos que operan en México, señala que la cartera de crédito al consumo en tarjetas de crédito ha disminuido en 5,000 mdp entre diciembre del 2016 y el cierre de marzo de este año. Es decir, los mexicanos efectivamente han gastado menos, lo que además es congruente con la caí- da en la confianza, tanto del consumidor como del empresario. Por si fuera poco, la ANTAD dice que en el agregado del 1T17, considerando sus tiendas con más de un año de apertura, su facturación cayó en términos reales -1.2% con relación al 1T16, pero con relación al último trimestre la facturación ha caído más de 5.00%, como sucede cada año por la elevada base de comparación. Simple y sencillamente no hay forma de que las familias gasten más entre enero y marzo de cualquier año frente a lo ocurrido a finales del año anterior, cuando reciben su aguinaldo. Por sectores Dice el INEGI que las actividades primarias habrían crecido 6.9% en el 1T17 en términos anuales. De ser cierto, estaríamos hablando del cuarto trimestre consecutivo con crecimiento, tres de los cuales por encima del 6.00%, en momentos donde la FAO de la ONU dice que el sector avanza, pero no a esos niveles. La última vez que se registraron esas cifras de crecimiento constante fue en el 2014, cuando estalló precisamente la burbuja de materias primas al caer precipitadamente el precio del petróleo y con éste, los fertilizantes y todos los productos agropecuarios. En cuanto al sector industrial las cifras del comunicado dicen que la actividad industrial habría avanzado 0.2%, lo que podría ser cierto si tomamos en cuenta que el año pasado el sector cayó -0.1% y la base comparativa sería baja, además de que el precio del crudo ha subido 40% desde los 28 dólares que llegó a cotizarse en febrero del 2016. Finalmente dice el INEGI que el sector servicios habría avanzado 3.70% en términos anuales en los últimos 12 meses y nuevamente hay más dudas, porque de ser cierta esa cifra sería la más alta en los últimos 6 trimestres, e implicaría un repunte de la actividad económica, en momentos donde la confianza del consumidor y empresas registraron cifras muy bajas. Es ilógico que una empresa o ciudadano baje sus deudas, pero también decida invertir y comprar, seguro de que podrá hacer frente a sus nuevas obligaciones. El INEGI podrá decir que el efecto Semana Santa es parte de la confusión de cifras, ya que en 2016 cayó en marzo, lo que reduce entre 3 y 10 días hábiles, dependiendo de la empresa y sector del que se trate, y este año se laboraron dichas fechas, porque Semana Santa fue en abril. Pero según dice el INEGI, se trata de cifras desestacionalizadas, que buscan, precisamente, eliminar esas inconsistencias de calendario. EU tropieza EU dio a conocer de forma preliminar (faltan dos avisos más) que su PIB habría crecido apenas 0.70% en el 1T17 al avanzar 0.17% y multiplicarlo por 4, lo que se convierte en la menor tasa de crecimiento desde el 1T14, cuando cayó -1.20%. Ésta es la primer cifra “dura” de la administración de Donald Trump, quien ha reconocido que ser presidente no es tan fácil como él esperaba y que ha tenido más trabajo y por encima de lo que tenía que hacer cuando era director ejecutivo de sus empresas. El bajo crecimiento de la economía estadounidense no es algo sorprendente realmente, porque si comparamos su desempeño con el 1T16, el año pasado apenas creció 0.20% frente al 0.17% de este año. Es decir, se trata de cifras muy similares, producto del invierno y las nevadas que impiden salir de casa y comprar productos, además de que el consumo de gas bajó un poco por un invierno no tan helado frente a lo observado el año pasado, por ejemplo. Si revisamos el crecimiento de EU en términos anuales, a finales del 2016 su economía crecía 1.96% y para el 1T17 lo hace al 1.92%, es decir una pequeña desaceleración, producto del invierno y también en alguna medida de los cambios de rumbo que propone la nueva administración. La desaceleración del PIB real en el 1T17 reflejó una disminución en el gasto en consumo personal (PCE, por sus siglas en inglés) y los descensos en la inversión en inventarios privados y en el gasto de los gobiernos estatales y locales. Este desempeño fue compensado, en parte, por un repunte de las exportaciones y las aceleraciones de la inversión fija no residencial y residencial, lo que muestra la elevada confianza de consumidores y empresas acerca de las promesas de Trump, que esperan se vean reflejadas en su bolsillo, como es la reducción de impuestos y mayores inversiones en infraestructura física. Por su parte, el índice de precios medido en términos del PCE, que es la medida favorita de la FED para tomar sus decisiones de política monetaria, subió 2.4% anual en el 1T17, ya por encima de forma clara del 2.0% que busca el Banco Central como meta, por lo que dicho indicador, junto con bajas tasas de desempleo y elevada inversión fija, consolidan la hipótesis de que la FED seguirá subiendo su tasa de referencia en por lo menos dos ocasiones más en lo que resta del año, y Banxico. A futuro Mientras que el resultado de la economía estadounidense no es de preocupación porque su inversión crece, su consumo privado es similar al reportado en el 1T16. En México la situación es diametralmente opuesta. La confianza, aunque ha repuntado un poco en marzo y abril,sigue baja; el consumo privado se encuentra estancado, la industria nacional también, y mientras no se renegocie el TLCAN, será muy difícil recibir nueva inversión extranjera, además de que corren riesgo las cuantiosas remesas que cada mes envían connacionales y que son flujos muy importantes de divisas para México.