El INEGI mide de forma pésima la confianza en México: Tendencias
La actividad económica se ha estancado por las negociaciones del TLCAN y por el alza de las tasas de interés
Una vez concluidas las elecciones presidenciales, las primeras cifras del consumo en México en julio muestran una desaceleración; por lo que las medidas presentadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) no muestran la confianza del se esperaba ante el triunfo de López Obrador, señaló el más reciente análisis económico de Tendencias Económicas.
En su boletín semanal, el análisis especializado sostiene que durante julio, si se analiza los niveles de inflación y el alza en las ventas (que llevan más de un año en cifras de -0.11%), no concuerdan en absoluto con las cifras mostradas por el INEGI y sus pronósticos de crecimiento ante la victoria del ahora presidente electo.
El informe indica que la actividad económica en el país se ha estancado, debido a las negociaciones que se siguen realizando por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN); y el incremento de las tasas de interés realizadas por Banco de México (Banxico), que elevan los costos de los créditos y reducen las ventas de autos nuevos y propiedades.
“Es claro que el INEGI no tiene experiencia en el tema y ahora es evidente que un evento político, como el triunfo de un candidato en unas elecciones democráticas, no pueden impulsar las ventas de un producto”, acusó el análisis especializado.
El INEGI deberá revisar la encuesta de confianza del consumidor y su metodología, que ha demostrado, en los hechos, que no sirve para los propósitos para los que fue creada.
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En el México real, el triunfo de López Obrador no genera un cambio de ánimo en la población, pues son muy pocos quienes laboran para el gobierno, y muchos se verán afectados por una mudanza de su trabajo, que podrían tener una repercusión adicional si se implementa el programa de austeridad.
Ante dicho panorama, Banxico se dice preocupado por la falta de un compromiso real con finanzas públicas sanas, mientras la Reserva Federal de Estados Unidos (FED, por sus siglas en inglés) seguirá subiendo su tasa de referencia el 26 de septiembre, y muy probablemente en diciembre, para terminar el 2018 en 2.25, todavía por debajo de la inflación, que ya se acerca a 3.00% en EU.
Dicho lo anterior, se ve muy complicado que Banxico pueda bajar su tasa de referencia en lo que resta del año, la cual incluso podría subir si no hay un presupuesto equilibrado o si las calificadoras de deuda le bajan la calificación a Pemex si insiste en construir la refinería de Dos Bocas, Tabasco.
Sobre el TLCAN 2.0, quedan unos días de agosto, fecha límite para llegar a un acuerdo. Si ello no sucede—lo que conviene a Trump porque estanca a México—, el consumo no tiene porqué aumentar en lo que resta del año, a pesar de que se mantenga la creación de nuevos empleos en el país en los próximos meses.
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