Rossi explicó que cuando la información entra al cerebro lo hace de forma muy homogénea. “Cuando uno registra las células de áreas más avanzadas, en donde se encuentran la memoria y las decisiones, comienza una gran heterogeneidad de respuestas en las neuronas. En nuestra investigación nos preguntamos cómo juntar y darle sentido a esa gran heterogeneidad de neuronas en actividades cerebrales más avanzadas para poder entender eventos emergentes”.En un comunicado, la Máxima Casa de Estudios dijo que el investigador desea saber cómo hace el cerebro para juntar esas señales de una forma inteligente, lo que le permitiría resolver el problema que está estudiando. En su laboratorio, Romo ha caracterizado el funcionamiento individual de las neuronas por separado, pero son tantas y tan complejas sus respuestas en una sola área cerebral, que costaba trabajo darle sentido a cómo se podían juntar para que emerjan estas dinámicas complejas. “Por eso ahora abordamos poblaciones en donde las neuronas tienen respuestas mixtas, aunque es difícil agruparlas”, expuso. En su cerebro los monos hacen cosas, y los científicos pueden analizar esa población heterogénea y diversa de neuronas. “Creo que es el primer artículo en la historia que realmente decodifica, que extrae lo que sale de todo el conjunto”, destacó.
El método estadístico permite obtener lo fundamental, hacer una síntesis. “Refleja qué hace una población de individuos, en este caso las neuronas asociadas con el pensamiento del animal, con su memoria, su autobiografía, toma decisiones y recompensa”, añadió Romo.En un comunicado, la universidad informó que en la actual etapa del trabajo experimental de Romo, participa el joven investigador Román Rossi Pool, también del IFC, quien desde la física trabaja con el médico y neurocientífico aportando análisis estadísticos para interpretar los datos. Rossi indicó que tratan de abordar en la escala neuronal cómo esa diversidad de neuronas se puede combinar en respuestas que permitan entender qué hace el cerebro para resolver el problema. “El área de estudio es la corteza premotora dorsal; se le ha asignado un rol premotor, pero está involucrada en procesos cognitivos más complejos”, aclaró. Romo completó que les gusta la parte más interesante, que tiene que ver con el pensamiento. “Nos concierne lo que antecede al movimiento, el pensamiento, cómo se elaboran acciones. Es la biología del pensamiento”. El investigador de la UNAM explicó que cuando el mono está pensando, se puede estudiar directamente el proceso biológico subyacente. Esta sería la razón por la que su artículo sobre la investigación llegó a la revista Neuron, la más importante de neurociencias.
“Es una fortuna que Román Rossi haya venido, porque el laboratorio no tiene sentido sino llegan personas como él, que aportan mucho. Estos chicos traen nuevas herramientas, pensamientos y se insertan, abren rutas de investigación asombrosas. El método que he desarrollado durante tantos años se va robusteciendo, y yo me nutro de ellos. Es una buena colaboración, de alguien que tiene experiencia como yo, y chicos mucho más inteligentes. Es una combinación exitosa para hacer cosas creativas”, resumió.Romo describió a su laboratorio como un pequeño satélite que está en contacto con muchos centros en el mundo. “A través del trabajo editorial sabemos qué ocurre en el mundo de las neurociencias. Nos lanzamos a abrirnos espacio, a hacer cosas. Planteamos las preguntas y las abordamos. Hacemos cuestionamientos al sistema biológico que es el cerebro, y cuando lo hacemos emergen respuestas insospechadas”, finalizó. Romo, doctor honoris causa por la UNAM, integrante de El Colegio Nacional y miembro extranjero de la Academia de Ciencias de Estados Unidos, encabeza un laboratorio en donde nueve científicos de diferentes disciplinas (médicos, físicos, matemáticos, biólogos y psicólogos, entre otros) aportan creatividad y herramientas distintas para abordar el funcionamiento de la que Romo llama “la computadora más poderosa que tenemos: el cerebro” CT