Mientras la crisis de salud y económica del COVID parecen estarse disipando, la de inseguridad persiste, demostrado por el aumento en los feminicidios en el país.
La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) presentó el lunes sus cifras de feminicidios durante los primeros cinco meses del año. Los datos de la dependencia apuntan a que hubo un aumento de 7.1% a tasa anual.
“Entre enero y mayo de este año, se presentaron 423 víctimas de este delito, un aumento de 7.1% respecto al mismo período de 2020”, declaró la titular de la dependencia, Rosa Icela Rodríguez, el lunes durante la conferencia matutina del presidente.
Ocho estados concentran el 57% del volumen de feminicidios en todo el país: Morelos, Sonora, Quintana Roo, Colima, Jalisco, Sinaloa, San Luis Potosí y Chiapas.
Cincuenta municipios registran 38% de las carpetas abiertas, y cinco de las ciudades más grandes del país (Culiacán, Tijuana, Guadalajara, Ciudad Juárez y Monterrey) concentran 7.9%.
La SSPC no intentó explicar el aumento, más sugirió que podría tratarse, al menos en parte, del ajuste en la clasificación que se hace de cada delito.
“Tenemos el compromiso de clasificar adecuadamente los feminicidios sin importar que esa suma implique un aumento en las estadísticas”, apuntó la secretaria de Seguridad.
La inseguridad es una de las piedras en el zapato del gobierno lopezobradorista. Mientras que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) suele disminuir la gravedad de la situación económica o de salud del país, generalmente reconoce que la violencia y el crimen en el país no han podido contenerse.
Las alzas mes con mes y año con año en los volúmenes de feminicidios son una prueba del fracaso en el combate a la violencia tanto en este gobierno como en los anteriores. Para AMLO, se ha traducido en presiones por parte de la sociedad civil, sobre todo desde grupos feministas y defensores de los derechos humanos, a los ha llegado a acusar de tener vínculos con sus enemigos políticos.
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