El hallazgo del cadáver de uno de los siete trabajadores mineros atrapados en una mina de la zona carbonífera de Coahuila constituyó un golpe para las labores de rescate contra reloj de las autoridades, ya que se reducen las esperanzas de encontrar a los obreros con vida.
Han pasado más de 24 horas desde que una inundación colapsó el viernes al mediodía el techo y las paredes de la mina de arrastre de carbón de la empresa Micarán en el municipio de Múzquiz, estado de Coahuila.
La Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) publica continuamente mensajes a través de su cuenta de Twitter en el sentido de que siguen adelante las labores de rescate, en las que colaboran elementos del Ejército Mexicano, de la Guardia Nacional, de Protección Civil de Coahuila y de Protección Civil del vecino estado de Nuevo León, así como de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), sin olvidar a trabajadores mineros.
Mientras familiares de los mineros atrapados pasaron la noche en las inmediaciones rezando para pedir un pronto rescate –lugar de donde no se han movido hasta ahora—, la CNPC reporta que las labores continúan “sin descanso” y que “el gobierno ratifica su compromiso al poner a la disposición todos los recursos para salvaguardar la vida”.
Incluso, en uno de sus mensajes, la CNPC refiere que “al momento se encuentran cinco bombas operando y dos por instalarse, lo que incrementará el gasto de salida y reduciría el tiempo de auxilio y rescate”.
Sin embargo, las noticias son por ahora poco alentadoras, pues cerca de las 9:30 horas de este sábado fue hallado muerto a Mauricio Cortez, el primero de los siete trabajadores mineros que es localizado en la mina desde el inicio del rescate.
El gobierno federal y el gobierno de Coahuila expresaron de forma conjunta su “pésame a la familia del fallecido”.
Mineros atrapados por una inundación
La hipótesis de las autoridades consiste en que una inundación por el derrame de una presa de agua rompió el techo y las paredes de la mina, lo que provocó el colapso del lugar, donde quedaron atrapados los siete mineros.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, de visita en el sureño estado de Campeche, deseó el viernes, antes del hallazgo del primer cuerpo, que “el rescate sea favorable para las familias y para todos”.
Te puede interesar: CFE ya sabía de las condiciones de riesgo de la mina de carbón de Múzquiz que se derrumbó: organizaciones civiles
Mientras que el gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme Solís, se encuentra en el lugar de los hechos, ubicado a unos 320 kilómetros al norte de Saltillo, donde supervisa las labores de desagüe de la mina.
El colapso de la mina de Múzquiz, sobre la que pesaban quejas por las malas condiciones laborales, se suma al trágico historial de la región minera de Coahuila.
El accidente trajo a la memoria lo sucedido el 19 de febrero de 2006, en la mina de carbón de Pasta de Conchos, ubicada también en Coahuila, donde 65 trabajadores mineros murieron en un accidente y solo dos cuerpos fueron recuperados mientras el resto permanecen sepultados al día de hoy.
Desde entonces, ha habido más de 100 muertes de mineros en la zona, según denuncia la organización Familia Pasta de Conchos, que agrupa a familiares de las víctimas de esa tragedia, que marcó al sexenio de Vicente Fox Quezada.
CFE niega que mina de Múzquiz sea su proveedor
Precisamente, este grupo y el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro ProDH) mandaron el 23 de octubre del año pasado una carta a Manuel Bartlett Díaz, director general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), en la que se quejan de las condiciones de la mina de Micarán en Múzquiz, accidentada el viernes.
Sin embargo, la misma CFE publicó un escueto comunicado este sábado en el que se deslinda de los señalamientos de las organizaciones denunciantes.
“La Comisión Federal de Electricidad desmiente categóricamente que la mina donde ocurrió el lamentable accidente en Coahuila sea proveedora de carbón de la CFE, en consecuencia, era imposible que su director estuviera enterado del estado de la mina”, aseguró la empresa productiva del estado.
El breve comunicado, que fue enviado a Fortuna y Poder a través de Twitter, agrega que la compañía lamenta los hechos en la mina de Múzquiz y que se solidariza con los familiares de los mineros atrapados.
La carta de las organizaciones, que en su momento no recibió respuesta, pidió una reunión con Manuel Bartlett en aras de garantizar condiciones para la “no repetición de siniestros y fallecimientos evitables en las minas de carbón” de Coahuila que presuntamente proveen carbón a la CFE.
“Desde octubre del 2020 se denunciaron ante la CFE las terribles condiciones de esta mina, sin que las autoridades tomaran medidas acordes al riesgo”, lamentó este sábado la organización Centro ProDH, que asesora a las víctimas de Pasta de Conchos.
Al parecer, en la mina de Micarán no había agua potable para los trabajadores, quienes trabajaban en tenis, sin ventilación, ni medidores de gas, ni extinguidores, y no sabían si estaban afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
La asociación Pasta de Conchos sospecha que, según su propio recuento, en la mina quedaron atrapados ocho trabajadores en lugar de los siete que aseguran las autoridades. (Con información de EFE)
GC