El World Resources Institute (WRI) acentuó que Estados Unidos será el país más afectado al retirarse del Acuerdo de París, salida ordenada por Donald Trump y que se concretaría hasta 2026, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

En el seminario “Stories to Watch 2025”, Melanie Robinson, directora del Programa Global de Clima, Economía y Finanzas del WRI, apuntó que la orden de Trump ya se esperaba, pues en 2017 anunció la salida de su país del pacto mundial, argumentando que era injusto para la economía estadounidense y que ponía en desventaja a las industrias locales.

La especialista abundó que se trata de un golpe muy duro para el mundo, pues EU ha sido un gran emisor y tiene un papel muy importante en materia de financiamiento, tecnología y de acuerdos climáticos.

El país que va a ser más perjudicado es Estados Unidos, por no tener un lugar en la mesa para establecer las reglas, lo que lo afectará en los desastres climáticos, como los incendios forestales en Los Ángeles y en los Montes Apalaches”, apuntó.

A lo anterior se suma que China o algunos países de Europa podrían tomar ventaja en materia de economía verde y empleos verdes.

Sobre la acción colectiva, Robinson indicó que, aunque la salida de EU es muy relevante, otros países, incluso ciudades estadounidenses, mantienen el “pie sobre el pedal” y apoyan el Acuerdo de Paris.

Entonces, veremos qué sucede. Creo que China, la Unión Europea, Brasil y otros países están viendo cómo pueden aprovechar el espacio que deja EU y ver cómo la acción climática continúa hacia adelante”, concluyó.

Cabe mencionar que en la cumbre climática de la ONU de 2024 (COP29), los países con más recursos económicos acordaron por primera vez en 15 años aumentar la cantidad de dinero que destinan a la mitigación y adaptación climática en los países en desarrollo.

La nueva meta fue establecida en 300,000 millones de dólares anuales para 2035, aunque fue considerada muy lejana de lo que se necesita.

En ese sentido, los líderes de todos los países acordaron que todos los actores deberían trabajar juntos para movilizar 1.3 billones de dólares por año para 2035. Esto, para los países más vulnerables a los impactos del cambio climático.

Estos 1.3 billones de dólares reconocen la brecha entre lo que los países en desarrollo pueden proporcionar de manera realista a nivel nacional para cuestiones como el desarrollo de energía limpia y la agricultura climáticamente inteligente, y lo que se necesitará de fuentes externas.

“Será extremadamente difícil conseguir los 1.3 billones de dólares, pero debemos hacerlo, pues sin una financiación adecuada para hacer frente al cambio climático, las comunidades con escasez de recursos serán las más afectadas por sequías, inundaciones, incendios forestales y olas de calor cada vez más devastadoras, aunque sean las menos responsables de causar el problema”, mencionó el WRI.

Por otro lado, la organización acentuó que al no lograr reducciones significativas de las emisiones por parte de todos los países ricos y en desarrollo, el mundo no alcanzará sus objetivos de descarbonización, lo que expondrá a todos a la crisis existencial que es el cambio climático.

La financiación de los países más ricos a los países en desarrollo no es caridad, sino una inversión en un mundo más seguro.

La ambición y las finanzas son dos caras de la misma moneda. No se pueden lograr políticas ambiciosas en materia de naturaleza y clima sin las finanzas para ejecutarlas. Las finanzas y la ambición son un círculo virtuoso, y este es el año para liberar ambas”, concluyó el WRI.

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