México es un país altamente sísmico, pues todos los días se presentan sismos y al menos una vez al año se registra uno de magnitud moderada, según datos del Servicio Sismológico Nacional.
Lo anterior es muy relevante considerando que la cobertura de seguros ante terremotos es alarmantemente baja, a pesar del potencial destructivo de los temblores, señaló AARCO, promotoría de seguros.
Der acuerdo con la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), menos de 7% de los inmuebles en el país cuenta con un seguro contra daños causados por desastres naturales como terremotos, fenómenos naturales impredecibles que, en cuestión de segundos, pueden devastar ciudades enteras, destruir hogares y poner en riesgo la vida y la seguridad de millones de personas.
“En regiones propensas a la actividad sísmica, como muchas partes de América Latina, incluyendo México, Asia y el oeste de Estados Unidos, el riesgo es real y constante. Ante esta realidad, contar con un seguro contra terremotos no es solo una decisión financiera inteligente, sino una responsabilidad personal y comunitaria”, expuso AARCO.
Lo anterior, fundamentado en que, a lo largo de los años, eventos sísmicos importantes como los de 1985 y 2017 han demostrado que el costo de los daños puede ser millonario.
Cabe mencionar que sólo en el terremoto de 2017, los daños alcanzaron 61 mil 143 millones de pesos, afectando miles de viviendas, oficinas, y edificios industriales. Y las personas que sólo contaban con el programa de reconstrucción del gobierno aún no han recuperado al 100 por ciento su patrimonio.
“Siete años después del terremoto de 2017, sólo el 70 por ciento está reconstruido. No se dan abasto para la reconstrucción. Mientras que las personas que contaban con un seguro contra fenómenos naturales, en cinco años pudieron recuperar la suma asegurada, bien sea para costear la reconstrucción o para comprar otro inmueble en caso de pérdida total”, aseguró Adrián Ramón, gerente senior de Autos y Hogar en AARCO.
Para noviembre de 2017, es decir dos meses después del siniestro, el sector asegurador pagó más de cuatro mil millones de pesos por los siniestros.
“Aunque muchas personas consideran que un seguro es un gasto innecesario o postergable, el costo de no tenerlo puede ser mucho más alto: desde la pérdida total del hogar hasta la imposibilidad de reconstruir un negocio o el endeudamiento prolongado”, resaltó la firma.
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