Sin “sana distancia” de Pemex, México perderá grado de inversión: David Maravilla
La petrolera es y seguirá siendo una gran fuente de estrés para las finanzas públicas, alertó el analista
Sin “sana distancia” de Pemex, México perderá grado de inversión: David Maravilla
El lead analyst para México y Centro América en Horizon Client Access, David Maravilla, advirtió que si la administración de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) no establece una “sana distancia” con Petróleos Mexicanos (Pemex), el país perderá su grado de inversión al cierre de 2021.
En entrevista para Fortuna y Poder, el especialista en riesgos políticos, regulatorios y de seguridad para el sector de hidrocarburos, señaló que esta probabilidad se mantendrá mientras el gobierno federal siga tomando la mayoría de las decisiones sobre la empresa productiva del Estado.
“La situación es difícil… En principio, Pemex va a salir muy mal parada de esta crisis, acabe la pandemia en mayo o hasta agosto, y esto es particularmente preocupante porque no tenemos una ‘sana distancia´ entre la Sener (Secretaría de Energía), como representante del gobierno federal, y la compañía.
“Las decisiones de inversión y de manejo no son tomadas de forma autónoma por el consejo de administración o por Octavio Romero, muchas de éstas se toman desde la dependencia y están orientadas a incrementar la política del Presidente (de fortalecimiento)”, expuso.
Abundó que el escenario es más complicado ahora que Pemex es considerado “un ángel caído”, pues tras perder el grado de inversión por parte de Fitch (BB) y Moody’s (Ba1), “la deuda de la empresa, que ya era gigante, aumentará porque los intereses que debe pagar a sus acreedores son mayores por ser un ‘actor con mucho riesgo’”.
“La deuda le va a salir más cara. Además, va a continuar perdiendo dinero, especialmente por seguir con la idea de desarrollar la refinería de Dos Docas e invertir mucho en refinación, cuando la refinación no es rentable y genera más gastos que ingresos.
“En cambio, si tomara el dinero que le está metiendo a ambos proyectos y lo destinara a exploración y producción de petróleo, estaría en mejores condiciones.
“En tanto no lo haga, la empresa, por la tendencia que tiene Hacienda de rescatarla, se va a convertir en un foco rojo de las finanzas públicas, y si la ayuda es de forma irrestricta, el país también puede perder su grado de inversión”.
El analista detalló que la rebaja no ocurrirá inmediatamente debido a que México tiene una muy buena calificación crediticia. No obstante, esto podría pasar en año y medio porque “Pemex es y seguirá siendo una gran fuente de estrés para las finanzas públicas”.
Pese a lo anterior, Maravilla comentó que no se ve algún indicio de que el gobierno considere una reformulación de su política energética, “y no lo hace porque a diferencia de otras administraciones, lo que subyace en la de AMLO no es un objetivo de ganancia, de margen, de eficiencia o de productividad, sino de soberanía nacional y de fortalecimiento”.
“Bajo esta idea, todas las decisiones que toma la administración son legitima, es más, se vale resistirse a recortar la producción y se vale no acoplarse a las tendencias internacionales, pues tiene sentido desde una perspectiva política. Pero, desde la parte económica y financiera no tienen sentido, por lo que van a costar y va a ser muy oneroso para México”.
De acuerdo con el analista, el único escenario en el que AMLO pudiera considerar un cambio en su política energética, es en el que Sener y Pemex no lleguen a cumplir con la tarea de levantar la refinación y la producción de gasolinas, o no logren incrementar la producción de crudo, pues esto pudiera comprometer la capacidad de su administración para seguir financiando los programas sociales.
“Ahí es cuando el Presidente pudiera pensar en cambiar su política energética o a Pemex, pero no va a ser por un tema interno de la empresa o por un choque internacional de productos de petróleo porque eso no le importa a él.
“Para él, la economía es algo que va y viene, pues considera que el modelo está mal. Y si el modelo está mal y no lo puede cambiar, y se queda sin dinero para los programas sociales, ahí va a cambiar a Pemex para asegurarse de que ya no sea un lastre para su gasto en política social”.
Pemex debe dedicarse “sólo a lo que sabe hacer bien”
Bajo este contexto, Maravilla apuntó que lo que tienen que hacer Sener y Pemex es enfocar a la petrolera únicamente en lo que sabe hacer bien, que es desarrollar campos en aguas someras y campos terrestres, “y deben olvidarse de aguas profundas, que implica una tecnología muy grande y una inversión a largo plazo, pues la empresa no tiene ni la experiencia ni la capacidad”.
“Lo mejor sería reestructurar la empresa para quedarse únicamente con Pemex Exploración y Producción (PEP), y si quieren con PMI Comercio Internacional, pero deben cerrar toda la parte de transformación industrial o reducir operaciones al mínimo… De otra forma es imposible.
“Las seis refinerías han tenido problemas por siempre y están operando a menos del 30 por ciento del año pasado. Incluso, la administración por más dinero que les mete, no puede hacer que incrementen su capacidad y eso tiene que ver con un problema muy grave de corrupción y de muchísima ineficiencia”.
Una segunda medida sería implementar acciones para atender el pasivo laboral, pues cada que Pemex hace cierre fiscal y “no sale tan mal”, le meten los adefas, “e incluyen todo lo que están pagando al sindicato, a las pensiones y a las prestaciones sociales”.
“En proporción, el gasto no es tan grande como estar haciendo una refinería, pero como es anual, constante y está incrementándose con un sindicato tan fuerte, es un problema inmenso”.
Maravilla manifestó que el problema es tan serio, que el Consejo de administración que estaba durante el gobierno de Enrique Peña Nieto trabajaba ya en resolverlo, no obstante, con la nueva administración, los proyectos para disminuir el pasivo laboral “ya no está sobre la mesa”.
Según el analista, a lo anterior, se debería sumar la reactivación de las alianzas, es decir, reabrir el sector a la inversión privada para desarrollar campos de forma conjunta.
En este sentido, el especialista destacó que las rondas petroleras eran instrumentos de política pública que no le costaban al Estado y que le dejaban mucho dinero.
“De hecho, una ronda petrolera de 20 contratos que se abriera a licitación y tuviera una asignación exitosa de 15 puestos, generaría más dinero que el costo total del Aeropuerto de Texcoco que se canceló”.
Además, las alianzas le permitirían a Pemex “aprender a hacer cosas que no sabe y tener acceso a tecnologías que no puede comprar en el mercado, particularmente para aguas profundas, pero también para recursos no convencionales como shale o el fracking”.
“Pemex ha hecho fracking, pero podría aprender mucho más de hacer alianzas con privados, y le podría traer muchísima derrama sin que le cueste un centavo al erario… Ese dinero podría usarlo en becas, en hospitales, o en lo que quiera”.
Finalmente, el especialista en riesgos políticos destacó que, no abrir el sector energético a la inversión, es una mala carta de presentación que se suma a la ya mala percepción que hay entre los inversionistas de manufactura, de tecnología, de farmacéuticas, de telecomunicaciones, quienes piensa mucho antes de venir a México, debido a la forma en la que la administración está llevando infraestructura y energía.
“Y no se equivocan. Apenas hace unas semanas cancelaron, por una consulta popular, la planta cervecera de Constellation Brands, en Mexicali.
“Esa mala reputación te está cerrando las puertas con las empresas que son súper influyentes a nivel global y que pueden significar grandes proyectos para reactivar la economía en un momento crítico como el que se vive”, concluyó.
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