Moody’s Ratings prevé que los riesgos crediticios de Petróleos Mexicanos (Pemex) persistirán durante el sexenio de Claudia Sheinbaum, pese a que el nuevo gobierno mantendrá los apoyos para la petrolera, al menos durante 2025.
En un análisis, la agencia acentuó que los indicadores crediticios de la empresa pública siguen debilitándose, con un flujo de efectivo libre negativo a medida que se centra en el negocio de refinación, pese a que le genera pérdidas, con el objetivo de aumentar la producción de combustible.
Lo anterior, mientras que limita su inversión en exploración y producción (E&P).
Según la calificadora, aún y cuando la administración de Sheinbaum mantenga los apoyos para cubrir las obligaciones de deuda y requerimientos de liquidez de Pemex, y que la estrategia operativa de la petrolera permanezca sin cambios, sus principales riesgos crediticios se están desplazando hacia el ámbito financiero, alejándose de la producción de petróleo.
En ese sentido, apuntó que la estrategia que Pemex elija, determinará en qué medida reducirá sus necesidades de liquidez, disminuirá su dependencia del apoyo gubernamental y mitigará el riesgo de un posible canje de deuda forzoso.
Para Moody’s, hay dos posibles escenarios: uno de ellos destaca porque la petrolera y el gobierno mantendrían la dirección estratégica actual de la petrolera.
“Esta estrategia hace hincapié en la autosuficiencia de combustibles mediante la refinación y la comercialización, y posiblemente incluya una reforma fiscal.
“En este escenario, Pemex requeriría un mayor apoyo del gobierno en los próximos años”, apuntó.
Cabe mencionar que el gobierno le dio a la empresa pública un promedio de 9,200 millones de dólares anuales durante 2019-2023. Continuar con la estrategia actual implicaría unos 13,100 millones de dólares anuales en promedio para 2025-2027.
“La necesidad de recibir un mayor apoyo reflejaría el aumento del flujo de efectivo libre negativo y márgenes operativos negativos de Pemex, junto con pagos del impuesto DUC todavía altos en comparación con el EBITDA de la empresa.
“Esperamos que el gobierno ofrezca apoyo mediante transferencias de efectivo (inyecciones de capital) o más compensaciones o retrasos en los pagos del DUC”, mencionó la agencia.
El segundo escenario resalta porque Pemex emprendería un proceso de reestructuración de la deuda con ayuda del gobierno en 2025, estrategia que “mejoraría significativamente su flujo de efectivo, pero la petrolera seguiría generando un flujo de efectivo libre negativo”.
Cabe mencionar que un proceso de refinanciamiento/reestructuración de la deuda le ahorraría a Pemex 4,700 millones de dólares en 2025, incluidos los vencimientos y los pagos de intereses, más 8,900 millones de dólares en 2026 y 7,200 millones de dólares en 2027, “pero no eliminaría la necesidad de la empresa de recibir apoyo del gobierno”.
“Incluso si el refinanciamiento de la deuda eliminara la necesidad de Pemex de depender del apoyo del gobierno para cubrir sus vencimientos de deuda a largo plazo, de todos modos, aumentaría el riesgo de la empresa de atravesar un canje de deuda forzoso, el cual definimos como un evento de incumplimiento”, indicó Moody’s.
Así, la calificadora considera que apoyar a Pemex es cada vez más costoso para el gobierno de México. De hecho, subraya que la necesidad de la petrolera de recibir apoyo del gobierno casi se duplicará para 2026 con respecto a los niveles de 2019-2023, ante los importantes vencimientos de deuda y el continuo flujo de efectivo libre negativo.
La deuda de la petrolera ascendía a 97,300 millones de dólares en septiembre de 2024 y, en vista de su actual estrategia de negocio, la empresa necesitaría un apoyo importante y continuo del gobierno para satisfacer sus necesidades de liquidez cada año.
Para 2026, requeriría unos 17,400 millones de dólares del gobierno para continuar con su política actual centrada en la refinación, incluidos alrededor de 12,700 millones en vencimientos de deuda a largo plazo, lo que supera ampliamente el promedio anual de 9,200 millones durante 2019-2023.
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