Moody’s Ratings advirtió que el próximo gobierno se enfrentará a un entorno fiscal difícil, marcado por una menor asequibilidad de la deuda pública y un déficit fiscal proyectado que superará el 5% del producto interno bruto (PIB) en 2024.

En un análisis, recordó que en los Pre-Criterios Generales de Política Económica 2025, el actual gobierno sugiere una rápida reducción del déficit fiscal cercana a 2.5% del PIB, principalmente a través de recortes del gasto.

No obstante, para la agencia, lograr este ajuste será difícil más allá de la reducción esperada del gasto en inversiones.

Prevemos una reducción más gradual del déficit en los próximos años, que probablemente superará el 4% del PIB en 2025. Esto podría contribuir a un aumento de la carga de la deuda que, junto con una mayor carga de intereses, disminuiría la fortaleza fiscal del gobierno”, señaló Moody’s, que también anticipa que a la nueva administración le será difícil implementar nuevas propuestas políticas.

Según la calificadora, el aumento de la rigidez del gasto durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) empeora la situación, lo que se suma al apoyo recurrente que su gestión le ha dado a Petróleos Mexicanos (Pemex), al incremento de las transferencias sociales —en particular, las pensiones no contributivas por vejez— y a mayores pagos de intereses.

Además, el agotamiento de las reservas fiscales, como los fondos de estabilización de ingresos y los fideicomisos, limita la capacidad del gobierno para contrarrestar futuras crisis fiscales”, comentó.

Lo anterior toma mayor relevancia al considerar que la agencia apuntó que la calificación de México dependerá de los planes de consolidación fiscal del próximo gobierno y de su capacidad para evitar un mayor deterioro fiscal.

En ese sentido, destacó que las propuestas de campaña dirigidas a reducir los ingresos públicos, como la de Xóchitl Gálvez de eximir del impuesto sobre la renta, debilitarían la calidad crediticia soberana, a menos que se tomen otras medidas compensatorias.

Cabe mencionar que la estrategia fiscal de la candidata del PAN, PRI y PRD consiste en liberar recursos federales a través de la resolución de los problemas financieros y operativos de Pemex, así como en fomentar un crecimiento económico más rápido al promover mejores condiciones para que la inversión privada le genere ingresos adicionales al gobierno.

Por su parte, Claudia Sheinbaum sugiere luchar contra la evasión fiscal y ha insinuado que los miembros del actual equipo financiero continuarían en su administración.

Moody’s retomó que ninguna de las dos candidatas ha propuesto cambios en las tasas impositivas para incrementar los ingresos públicos”, pero sí se han comprometido a mantener programas sociales, e incluso, proponen posibles expansiones a otros grupos vulnerables.

Modificar estos programas en el futuro sería difícil y ampliar su cobertura podría aumentar aún más la rigidez del gasto en ausencia de un mejor enfoque.

Podría haber una mayor rigidez del gasto si se introdujeran nuevos cambios restricción de los gastos en salud y educación, así como los alegatos de mal manejo en los servicios sanitarios y adquisición de insumos médicos en los últimos cinco años, aumentará la presión social en el próximo gobierno para que aumente el nivel de gastos y los gestione de manera eficiente”, alertó la agencia.

Finalmente, respecto al peso de Pemex en la calificación, acentuó que resolver su necesidad constante de recibir apoyo financiero es fundamental para la perspectiva fiscal del soberano, ya que esta necesidad de apoyo ejerce más presión sobre las cuentas fiscales del país.

Este problema persistirá ante la falta de cambios significativos en el modelo de negocio de Pemex, y cualquiera sea el gobierno que asuma deberá lidiar con la carga de la deuda de la petrolera”, concluyó.

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