Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), reconoció que las presiones por la inflación registradas en los últimos meses no tienen precedente, aunque insistió en que todo apunta a que serán temporales.
En su segundo día de comparecencias ante el Congreso de Estados Unidos, Powell aceptó que el repunte de la inflación es mayor de lo esperado, describiendo las cifras como “únicas” en la historia del país.
A pesar de esto, descartó que se trate de un fenómeno duradero, atribuyéndolo al efecto base de comparación y a distorsiones asociadas a la reapertura repentina de la economía después de más de un año de permanecer parcialmente cerrada.
La economía estadounidense lleva prácticamente todo el año notando una escalada en precios. Los precios tanto al consumidor como al productor alcanzaron niveles altos en junio. La inflación al consumidor cerró en 5.4% a tasa anual, su cifra más elevada desde agosto de 2008; los precios al productor subieron 7.3%, su dato más alto desde que comenzaron los registros en noviembre de 2010.
Del lado de los consumidores, una tercera parte de la inflación fue impulsada por aumentos en precios para la renta de coches, que subieron más de 10% a tasa mensual. Cabe recordar que el sector automotriz enfrenta una escasez de suministros (microchips, acero y otros componentes). La apertura de la economía aceleró la demanda, dando a la oferta poco margen para recuperarse a tiempo.
Powell y otros economistas tanto del sector público como del privado le apuestan a que el caso de una demanda que supera la oferta sea similar para otros productos y servicios, lo cual aliviaría las preocupaciones de que se trate de un fenómeno más duradero.
El presidente de la Fed aseguró que el banco central reconoce los riesgos de la inflación y está analizando tanto su trayectoria como sus expectativas, pero que no están dispuestos a tomar decisiones precipitadas.
“No estamos entrando a un período de inflación elevada que vaya para largo porque tenemos las herramientas para atenderlo. No queremos usarlas, sin embargo, de manera innecesaria o que interrumpa el rebote de la economía”, declaró ante el Senado.
El debate es similar en otros bancos centrales, entre ellos el Banco de México (Banxico). En su más reciente reunión de política monetaria, Banxico subió de sorpresa su tasa de interés en un voto cerrado (tres contra dos).
Los dos votos disidentes (Galia Borja Gómez y Gerardo Esquivel Hernández) alegaron que, aunque la inflación está acelerando, lo más probable es que sea un fenómeno temporal atribuible a las distorsiones por la reapertura económica y cuellos de botella en las cadenas de suministro. Por lo mismo, sería algo difícil de resolver con política monetaria.
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