El Banco de México (Banxico) mantuvo sus pronósticos para la inflación general y para el rubro subyacente en el Informe Trimestral enero-marzo 2025 respecto a su anuncio de política monetaria del 15 de mayo.

De acuerdo con las previsiones, la inflación general cerrará 2025 en 3.2%, mientras que en 2026 bajará a 3.0%, en línea con la meta del banco central de 3.0% +/- un punto porcentual.

Cabe mencionar que, en comparación con el Informe trimestral anterior, el pronóstico actual para la inflación general presenta ajustes al alza en el corto plazo.

Banxico expuso que la modificación se debe a los niveles más elevados a los previstos anteriormente para la inflación subyacente, rubro que cerraría este año en una tasa de 3.4% y de 3.0% en 2026.

A partir del cuarto trimestre de 2025, la inflación general esperada a lo largo del horizonte de pronóstico es igual a la publicada en el Informe previo. De esta forma, se mantiene la previsión de que se sitúe en 3% en el tercer trimestre de 2026”, señaló el Instituto central.

Sobre el componente subyacente, subrayó que el pronóstico actual la sitúa hasta el primer trimestre de 2026 en niveles superiores a los previstos.

Lo anterior, debido a que la inflación de las mercancías ha resultado mayor a la que se había anticipado, mientras que la de algunos servicios ha presentado un descenso más gradual al esperado.

“Así, luego de incrementarse en el segundo trimestre de 2025, retomaría una trayectoria descendente, si bien de manera más gradual que la anticipada en el Informe anterior.

“A partir del segundo trimestre de 2026 los pronósticos para la inflación subyacente son iguales a los del Informe anterior, por lo que se continúa esperando que se sitúe en 3% en ese trimestre”, precisó.

En ese contexto, Banxico considera que el episodio inflacionario reciente derivado de los choques profundos ocasionados por la pandemia y por el conflicto bélico en Ucrania “se está dejando atrás”.

Riesgos

Sobre el balance de riesgos respecto de la trayectoria prevista para la inflación en el horizonte de pronóstico, el banco central apuntó que si bien se mantiene sesgado al alza, ha mejorado conforme los choques globales se han ido resolviendo.

No obstante, los cambios de política económica por parte de la nueva administración estadounidense han añadido incertidumbre a las previsiones de la inflación. Sus efectos podrían implicar presiones sobre la inflación en ambos lados del balance”.

Al alza, los principales riesgos a los que está sujeta la inflación son: que la moneda nacional muestre una depreciación; un escalamiento de conflictos geopolíticos que pudieran presionar los precios de las materias primas internacionales; y la persistencia de la inflación subyacente, ante la magnitud, alcance y duración de los choques que se han enfrentado.

Igualmente podrían presentarse mayores presiones de costos que pudieran traspasarse a los precios al consumidor y podría haber afectaciones climáticas que pudieran impactar los precios de diversos productos agropecuarios.

A la baja, Banxico observa la posibilidad de que se presente una actividad económica de Estados Unidos o de México menor a la anticipada que pudiera implicar menores presiones sobre la inflación de nuestro país.

Asimismo, podría ser que el traspaso de las presiones de costos a los precios esté acotado y/o que la depreciación del tipo de cambio que se ha presentado desde junio tenga un efecto menor al anticipado sobre la inflación.

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