El gobierno de Estados Unidos considera seriamente hacer más estrictas las reglas de origen establecidas en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), sobre todo en industrias clave como la automotriz y la aeroespacial.
Así lo manifestó Jamieson Greer, propuesto para ser el nuevo Representante Comercial del gobierno de Estados Unidos, en una comparecencia que tuvo hoy en el Senado de ese país, para ser ratificado en el cargo.
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“Queremos asegurarnos que terceros países extranjeros que nos preocupan no se beneficien o aprovechen el acuerdo (T-MEC) a expensas de Estados Unidos y de nuestros socios”, dijo el futuro funcionario, en referencia a China y Rusia.
Ante los senadores, Greer hizo ver que algunos países, que no están clasificados como economías de mercado, producen mercancías con subsidios y otras prácticas desleales, mismos que inundan los mercados internacionales y logran incorporarse en los productos que importa Estados Unidos.
De esa manera, esos terceros países se aprovechan indebidamente de las preferencias comerciales del T-MEC.
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“Debemos examinar las reglas de origen de los automóviles, de la industria aeroespacial y otros sectores para determinar si es necesario implementar restricciones sobre el contenido o el valor añadido”, dijo el futuro funcionario.
Greer es un viejo conocido de la oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR en inglés), ya que fue el segundo al mando de esa oficina, después de Robert Lighthizer, el jefe de USTR en el primer periodo presidencial de Donald Trump, de 2017 a 2021.
Las reglas de origen del T-MEC han sido uno de los temas de preocupación del gobierno norteamericano, en su relación comercial cotidiana con México y Canadá.
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La administración del expresidente Joe Biden reclamó a México que permitiera la entrada a su mercado de productos de acero y de aluminio chinos, sin ningún control, ya que se hacen pasar como productos mexicanos o bien se incorporan como insumos en diversas mercancías que se exportan de nuestro país hacia Estados Unidos.
En julio del año pasado, el gobierno mexicano aceptó con la administración Biden una serie de condiciones para superar este diferendo, que incluyen la aplicación de un arancel de 25% a los productos de acero de terceros países ajenos a la región de América del Norte y de 10% a los productos de aluminio.
En 2022, México y Canadá libraron un conflicto con Estados Unidos, por su criterio de querer aplicar reglas de contenido regional a la industria automotriz más estrictas que lo que establece el T-MEC.
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Incluso, los dos países abrieron un panel de solución de controversias contra Estados Unidos, proceso que finalmente les concedió la razón, en el sentido de que Estados Unidos hacía una interpretación diferente de las reglas de origen. (Con información de Reforma)
GC