En mayo, el consumo cayó 0.4 por ciento con respecto a abril, con lo cual rompió una racha de 10 meses consecutivos, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
“La contracción del consumo es, probablemente, una señal temprana de un deterioro relacionado con la alta inflación, que afecta el poder adquisitivo de la población”, comentó Gabriela Siller, economista en jefe de Banco Base.
No deje de leer: Consumo se desacelera en julio y prevén un entorno más desafiante hacia adelante
La demanda de bienes y servicios nacionales cayó 0.7 por ciento en el periodo, mientras que la de productos importados creció 0.6 por ciento.
“Cabe mencionar que los datos de confianza del consumidor a julio muestran un deterioro de tres meses consecutivos, con las caídas iniciando en mayo. Por lo anterior, no se descarta la posibilidad de un deterioro sostenido del indicador de consumo privado correspondiente a verano”, añadió la especialista.
Con respecto a febrero del 2020 (antes del impacto inicial de la pandemia de Covid-19) se observa una recuperación de 3.22 por ciento en el consumo, pese a la caída observada.
Según el indicador de consumo adelantado que elabora BBVA Research (ICBD BBVA Research), en julio el consumo apenas creció 0.5 por ciento, ante un deterioro en la demanda de servicios, con lo cual se registra una clara desaceleración.
No deje de leer: Confianza del consumidor tiene su mayor caída desde abril de 2020
“Dentro del segmento de servicios, los relacionados con el turismo mostraron la mayor debilidad: el gasto en hoteles se contrajo por tercer mes consecutivo (4.8 por ciento), mientras que el consumo en restaurantes mostró un crecimiento nulo, tras dos meses de caídas”, explicó el grupo financiero.
“Hacia adelante, el entorno se presenta más desafiante para los hogares, ante la persistencia de altos niveles de inflación y un mayor costo del financiamiento”, añadió.
FP