El sexenio de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) termina con una economía debilitada y a la baja, con niveles de incertidumbre significativamente elevados y especialmente con un ambiente político deteriorado, insistió el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

En su análisis semanal, el organismo del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) destacó que lejos de la promesa de concluir su administración con elevadas tasas de crecimiento y bienestar, el mandatario lo hace de forma contraria, situación “que aumenta considerablemente la preocupación por el andar futuro de la actividad económica y el bienestar de la población”.

Lo anterior, pese al optimismo que hay en relación al fenómeno de la relocalización de empresas, el cual supone beneficios importantes para México.

Después del débil inicio de sexenio con una caída de 0.4% en el PIB en su primer año, le siguió el impacto de la pandemia (2020) que propició una disminución de 8.4% en el segundo año de gobierno.

Si bien en 2021 repuntó 6.0%, fue insuficiente para compensar la caída de los dos años previos y desde entonces no se registraron avances significativos, incluso en los dos últimos años del periodo se aprecia una clara tendencia a la baja en el ritmo de crecimiento. […] La actividad económica sigue mostrando signos de debilidad y expectativas poco optimistas”, expuso.

Bajo este entorno, dijo el organismo, es indispensable un ambiente que facilite a las empresas, nuevas y ya establecidas, participar en el sector formal de la economía, con expectativas claras de crecimiento y supervivencia.

Cabe mencionar que el año pasado, la economía informal generó casi la cuarta parte (24.2%) del PIB, su porcentaje más alto en los últimos catorce años, lo que “no es un escenario deseable cuando la informalidad ocupa a más de la mitad de la población y genera sólo una cuarta parte de la producción del país”.

La tolerancia de las autoridades es causa importante de la informalidad, pero la carga regulatoria excesiva disuade la apertura de una empresa en la formalidad. Además, los costos laborales no salariales inhiben igualmente la formalidad en lo laboral”, resaltó el Centro, el cual mencionó que una “buena regulación es un tema fundamental para estimular la actividad económica”.

En ese sentido, dijo que es preocupante la desaparición de los órganos independientes dedicados a este tema.

Si bien hubo muchas promesas incumplidas y mucho por hacer, el nuevo gobierno se debe centrar en buscar las mejores formas de estimular la inversión en conjunto con el sector privado, que es su mejor aliado para cumplir con los objetivos de crecimiento y empleo”, acentuó el CEESP.

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