El subgobernador del Banco de México (Banxico), Gerardo Esquivel, advirtió que el “previsible” inicio del ciclo restrictivo de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) tendrá implicaciones importantes para los mercados internacionales, por lo que el banco central mexicano deberá “estar alerta y preparado” para tomar las acciones necesarias a fin de garantizar la estabilidad financiera del país.

Durante la última reunión de la Junta de Gobierno, con motivo de la decisión de política monetaria anunciada el 10 de febrero pasado, el economista votó a favor de aumentar el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día en sólo 25 puntos base, a un nivel de 5.75%, en tanto que el resto de los miembros estuvo a favor de incrementarla en 50 pb, a 6% (actual).

Esquivel justificó su voto en que no es oportuno adelantarse demasiado” al proceso de normalización de tasas en Estados Unidos porque “nos puede llevar demasiado pronto a una postura monetaria muy restrictiva, la cual puede tener efectos contraproducentes en materia económica y financiera”.

Lo anterior, luego de recordar que, de junio al 9 de febrero, la tasa objetivo en México incrementó en 150 puntos base, misma magnitud en la que aumentó el diferencial de tasas con respecto a Estados Unidos.

Abundó que esto implica que “ya nos hemos adelantado en esta materia, por lo que considero que un aumento de 25 puntos base debería ser suficiente para enfrentar la incertidumbre previa al inicio del mencionado ciclo”.

“Por otro lado, debe recordarse que la inflación general alcanzó un máximo en la segunda quincena de noviembre y que ya ha comenzado a descender.

“Además, si bien la inflación subyacente ha seguido aumentando, se anticipa que esta alcanzará su máximo en el primer trimestre de este año y que a partir de ahí también comenzará su descenso”, fundamentó.

Expectativas de inflación se incrementaron nuevamente

De acuerdo con las Minutas, los miembros de la Junta de Gobierno de Banxico coincidieron en que las expectativas de inflación para 2022 y 2023 volvieron a incrementarse, por lo que en las próximas decisiones “vigilarán estrechamente las presiones inflacionarias”.

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Tanto la gobernadora, Victoria Rodríguez Ceja, como los subgobernadores, Irene Espinosa, Jonathan Heath, Galia Borja y Esquivel, concordaron con lo anterior; sin embargo, no todos observaron que las expectativas de mediano y largo plazo se mantuvieron estables.

El documento publicado este jueves por Banxico, precisó que “la mayoría” notó cierta estabilidad, aunque, algunos precisaron que en niveles mayores a 3%.

En la reunión, uno comentó que las expectativas para los próximos doce meses se han mantenido más estables y que disminuyeron recientemente, al tiempo que las de mediano plazo también mejoraron en el margen.

No obstante, señaló que las de corto y mediano plazos se mantienen en niveles elevados, por encima de lo observado en otros periodos inflacionarios.

De esta forma, destacó la discrepancia actual entre la inflación esperada por los analistas y los pronósticos de Banxico para 2023.

Otro, coincidió en que las expectativas de inflación de corto plazo no han dejado de aumentar a pesar de los sucesivos incrementos de la tasa de interés.

Uno más consideró que el deterioro de las expectativas de inflación incrementa el riesgo de un desanclaje de las mismas.

Según las Minutas, un miembro subrayó que los pronósticos de las inflaciones general y subyacente se ajustaron al alza para los próximos cinco trimestres. Algunos añadieron que se prevé que sus mediciones anuales converjan a la meta de 3% hacia finales del horizonte de pronóstico.

Otro agregó que “los pronósticos se han quedado repetidamente cortos en anticipar la trayectoria de la inflación ante la aparición continua de choques no anticipados”.

En ese sentido, precisó que “la convergencia del componente subyacente dependerá de la ausencia de choques adicionales”, lo cual consideró un supuesto fuerte dados los elevados precios del petróleo, materias primas, transporte marítimo y alimentos.

“Comentó que se prevé que los choques que han afectado a la inflación subyacente continúen por lo menos hasta la segunda mitad de 2022 y que sus componentes más susceptibles a choques de precios de energéticos y de tipo de cambio seguirán presionados”, resaltó el documento.

Durante la reunión, uno de los miembros dijo que ha observado que los pronósticos de inflación “no han dejado de aumentar desde que comenzó el actual ciclo alcista en junio de 2021” y que se espera que la inflación subyacente alcance su punto máximo en el primer trimestre de 2022, a medida que comiencen a deshacerse los choques inflacionarios que se observaron en ese mismo periodo del año previo.

Añadió que, a partir de entonces, se prevé que disminuya de manera sostenida debido en parte a la reducción de las presiones en el componente no subyacente, las cuales suelen trasladarse a la inflación subyacente con cierto rezago.

Él mismo, puntualizó que espera que lo anterior ocurra principalmente por la vía de los alimentos procesados, los cuales reflejarían las menores presiones en los precios de insumos agrícolas.

Al respecto, la mayoría denotó que el aumento de la inflación ha sido persistente, especialmente en su componente subyacente, aunque sólo un miembro acentuó que la subida no sólo responde a presiones transitorias externas.

Otro destacó que los efectos temporales de los aumentos en los precios de energéticos y de algunos productos agropecuarios han comenzado a deshacerse.

“Se espera que este proceso continúe y contribuya a que se observen reducciones adicionales en la inflación”, manifestó.

Se vigilará “estrechamente” las presiones inflacionarias

Luego del análisis, la Junta de Gobierno de Banxico expresó que en las siguientes decisiones de política monetaria vigilará estrechamente las presiones inflacionarias, así como todos los factores que inciden en la trayectoria prevista para la inflación y en sus expectativas.

“Ello, con el objetivo de determinar una tasa de referencia congruente en todo momento tanto con la convergencia ordenada y sostenida de la inflación a la meta, como con un ajuste adecuado de la economía y de los mercados financieros”.

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