El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) acentuó que, como parte de una estrategia para hacer frente a los posibles cambios en la política comercial —con la llegada de Donald Trump a la presidencia estadounidense—, México necesita una estrategia para revertir la caída de la productividad.

Lo anterior, con el objetivo de facilitar un crecimiento sostenible en el mediano y largo plazos, lo también implica aprovechar los beneficios ofrece la relocalización de empresas, fenómeno mejor conocido como nearshoring.

Hacia adelante hay retos importantes, pero también está la oportunidad de sortearlos si se logra aprovechar las oportunidades que representa la relocalización.

Un elemento que sería más que deseable para aprovechar las oportunidades de manera significativa es un mercado laboral eficiente; que permita la absorción ágil al empleo formal y con la productividad adecuada. Esto es un aspecto fundamental de la modernización de la economía”, mencionó el organismo del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).

En su análisis semanal, acentuó que desde 2019, la evolución del mercado de trabajo no ha sido alentadora, pues mientras el trabajo se ha encarecido, la productividad ha caído.

En ese sentido, destacó que los salarios han subido de manera pronunciada desde 2019. El mínimo lo ha hecho en 215.5%, 134.7% en términos reales. Por su parte el salario base de cotización al IMSS es 24% mayor al de 2018 a precios constantes.

No hay duda de que los incrementos salariales son una buena noticia para los trabajadores y en cierta forma para la sociedad en general, pero lo correcto es que se acompañen con mayor productividad.

Si no es así, los aumentos implican un mayor costo unitario de la mano de obra y una pérdida de competitividad de la planta productiva que a la postre pueden ser insostenibles”, subrayó el Centro, el cual reconoció que, en los últimos dos años, la productividad de la mano de obra mexicana mejoró modestamente.

No obstante, respecto a otros países emergentes y, más importante, respecto a los principales socios comerciales, la productividad mexicana mostró una disminución importante en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Y cuando los mayores salarios no se corresponden con productividad y más bien coinciden con una caída de esta, el costo unitario de la mano de obra nacional aumenta. Esto es lo que ha pasado en México”, destacó.

Según el CEESP, las razones de la caída de productividad laboral en el país son varias, entre las que destacan la informalidad laboral, la falta de competencia y libre entrada y salida a las industrias nacionales, así como la calidad del capital humano en términos de capacidades productivas.

Sobre la informalidad, el organismo resaltó que hasta ahora las autoridades han construido marcos regulatorios onerosos y complicados de cumplir, al mismo tiempo de haber sido demasiado permisivas.

En su lugar, dijo, se deben tomar medidas para estimular la competencia económica y facilitar la inclusión de nuevos actores en las industrias en las que hay poca entrada y salida de empresas, “y es imprescindible dirigir la educación hacia campos útiles para la productividad”.

Se debe insistir en generar condiciones favorables para la inversión productiva, con políticas que sean capaces de ofrecer infraestructura pública y logística; reglas claras y no discriminatorias; regulación compatible con la inversión; mayor seguridad pública en general, con apego indudable al estado de derecho”, concluyó.

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