Después de la incertidumbre que causó la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, la economía mexicana comienza a dar señales de mejora; lo cual demuestra la admirable resistencia de la esta economía, destacó Francisco González Rodríguez, presidente de Grupo BBVA. En el marco de la Reunión Nacional de Consejeros de BBVA Bancomer, el directivo mencionó que esto ha logrado que sus previsiones de crecimiento para México para este año pasara de 1 hasta 1.6%; mientras que para el próximo año este crecimiento podría llegar hasta 2 por ciento.
“Hemos revisado a la alza las previsiones de crecimiento para este año, desde 1% que habíamos previsto hace unos pocos meses, hasta 1.6% en este momento, y de cara al 2018 de 1.8 al 2%; esto principalmente por la mejora de las exportaciones, por una política monetaria que probablemente va a ser menos restrictiva que la anticipada en enero y por una menor presión sobre el tipo de cambio del peso”, mencionó.
Agregó que la evolución de la economía ha mejorado respecto a lo que se tenía después del resultado de las elecciones presidenciales del país norteamericano.  “Poco a poco la incertidumbre va desapareciendo y en el primer trimestre de 2017 se comienzan a disipar las dudas”. Mencionó que hoy más que nunca es importante crear fuentes de colaboración que impulsen no sólo la economía del país, sino también de las regiones y las economías de todo el mundo.
“Tratados como el nafta deben prevalecer, van a prevalecer y si las tres partes lo consideran oportuno, que yo creo que sí lo van a considerar, se va a actualizar el beneficio de todos los habitantes de la región; es decir, al final una buena renegociación del nafta yo creo que va a venir en beneficio de todos”.
A nivel internacional, el directivo afirmó que existen retos más grandes, como el radicalismo islámico; por lo que reconoció que los riesgos geopolíticos están creciendo, debido a que muchos  países se están buscando soluciones rápidas y unilaterales a problemas complejos y globales.
“Ese no es el camino, y además la historia nos demuestra que ese tipo de soluciones nunca han dado resultados… Hace falta políticas coordinadas de ámbito global que favorezcan la integración económica, no la disgregación, y reformas que den más flexibilidad a las economías y más oportunidades a las personas”.