Unos intentan poner otros intentan quitar: la liquidez es el constante problema de los bancos centrales. Recientemente, la posibilidad de que el banco central europeo, el banco de Japón o el banco de Inglaterra vuelvan a abrir la llave del dinero, es decir, inyectar más liquidez al mercado, ha aumentado. Y es que sus economías siguen creciendo a tasas muy limitadas, el consumo no consigue reactivarse y el voto brexit ha traído nuevas preocupaciones financieras. Al mismo tiempo, la FED está teniendo dificultades para poder cerrar la llave y, aunque han sido claros, diciendo que las tasas de interés subirán muy gradualmente, continúan los obstáculos para poder comenzar a normalizar la liquidez. Los mercados financieros reciben positivamente el mayor flujo de estímulos (dinero), los cuales se han vuelto un vicio. Y no hay mas que mirar las constantes alzas en los índices en Wall Street (que inclusive han salpicado al mercado mexicano), los cuales siguen marcando máximos históricos, en parte, porque esperan que haya una nueva lluvia de dinero en búsqueda de activos que comprar. Por el contrario, cada vez que alguna institución central ha anunciado que esta “droga” va a ser más limitada, observamos caídas accionarias y nuevas olas de estrés en el sector financiero. Pero ¿no estamos ya inundados en liquidez? Probablemente sí, pero el crecimiento económico, las presiones sobre los bancos comerciales y la estabilidad financiera son aún endebles como para cerrar de golpe la llave. La idea de inyectar más dinero y seguir estas políticas no convencionales surgió de la “gran recesión”, cuando los bancos centrales, originalmente la FED, después de bajar tasas de interés a mínimos, seguía en la necesidad de implementar mayores estímulos. Estos consistían en comprar bonos (u otros activos) en el mercado, con el fin de estabilizar a los mercados y ayudar a la economía, por medio de reducir las tasas de interés, incentivar el crédito, el consumo y las inversiones. Al mismo tiempo, las inyecciones de dinero deprecian la moneda incentivando el sector exportador. Aunque puede ser cuestionable la efectividad macroeconómica de estas políticas, el colapso financiero y económico hubiera sido mucho más agudo de no haberse implementado. El problema de este vicio de liquidez es el momento en que se intentará salir de él, sobretodo después de tantos años de haber sido implementadas y la – ahora mala – costumbre de los mercados a tenerlas. Si bien, una de las principales consecuencias de este tipo de inyecciones de dinero es la mayor inflación, la cual, de momento no se ha materializado en ninguna de estas economías. Por el contrario, las preocupaciones por un proceso deflacionario siguen presentes. Sin embargo, las distorsiones y disfunciones en los mercados financieros, en particular la creación de burbujas, resulta de particular cuidado. Esto a la par con mayor riesgo de crédito de los bancos comerciales y el constante incremento en las hojas de balance de los bancos centrales. Se estima que la FED incrementó su hoja de balance por compras de activos de cerca de 1 billón de dólares (bdd) en 2008 a cerca de 4.5 bdd a finales del 2014, mientras que el BCE, que sigue manteniendo un fuerte programa de compras lo ha incrementado de 1.8 billones de euros (bde) en 2008 a 3.3bde este año. Nuevamente el timing y la manera de revertir esta liquidez son fundamentales para no ocasionar un desbalance financiero importante. Es probable que el verano venga acompañado de esta nueva lluvia de dinero. Sin embargo, y como se ha mencionado en foros internacionales, es momento de pensar en otro tipo de políticas (fiscales, estructurales) que ayuden a la monetaria, no dejándole todo el trabajo a los banqueros centrales. En especial, en un mundo donde el fuerte crecimiento económico ha quedado atrás. Mientras tanto, aprovechemos este nuevo aire positivo siempre que los mercados le den la bienvenida, pero recordemos que ni uno ni lo otro durará para siempre. Todas las opiniones aquí expresadas son a título personal y no representan la visión de Banamex ni de ninguna otra Institución.