Esta semana que concluyó pudimos observar que el mundo está más preocupado por reactivar la economía, forzando que el futuro sea el presente, para cambiar en el corto tiempo el abuso que como seres vivos pensantes hemos tomado de la naturaleza.
El presidente Joe Biden anuncio los pasos para impulsar el liderazgo estadounidense hacia adelante en los automóviles y camiones que generen combustiones limpias.
¿Estaremos preparados para dar el salto cuántico y adaptarnos a esta nueva revolución industrial, y no permitir el estancamiento de la evolución, al cambiar, orientar y permitir que las empresas productivas sean las garantes del cambio, si las más importantes están con altas deudas? ¿Dónde obtendrán el dinero para realizar los cambios que estén alineados a tener emisiones cero, o colaborar en reducir el incremento de la temperatura en el planeta?
En México continuamos apostando a las empresas productivas del Estado, aún y cuando en la principal -que tenemos en el sector de hidrocarburos- su deuda de corto y largo plazo la están sofocando y estresando para poder cumplir con el objetivo de esta administración, quedando confirmado que ésta no puede ser la garante del todo, debido a que tienen accidentes, fallas, y requerimientos de dinero para poder realizar el todo.
El país requiere un cambio de la convicción ideológica patriótica soberana de un simple discurso a una de razonamiento con sentido común en hechos, pues no es posible que la deuda externa del país y Pemex, en conjunto superen a los ingresos de la nación en forma anualizada.
En los últimos días, de igual forma, ha quedado demostrado por el mercado que una administración no puede controlarlo ante una demanda de un insumo.
Sobre el gas licuado de petróleo (gas LP), esperaba la administración actual tener una reducción de acorde a las proyecciones estigmatizadas con las ideas de que bajaría el precio. La realidad no es así, y no será debido a que depende de factores del cómo es concebido el mercado, en función de las necesidades y del costo del cómo llega para su consumo.
La CRE discute normatividades en función, no de la evolución tecnológica, sino de una adaptación de lo que tenemos disponible en el mercado de las empresas del estado. Esto lo observamos en las continuas solicitudes de ser escuchados, como ha sido el estado de Nuevo León, que está dispuesto a adaptarse a cambios tecnológicos. El ejemplo es el permitir el 10% de etanol en la gasolina, con base a datos de investigación. ¿Podrá ser el primer estado, como California de nuestro vecino, en que pueda separarse de lo común y ser la punta para el cambio?
Un país inicia con el desarrollo económico, el cual está fundamentado en las actividades que realiza su población. En México, la parte del sector secundario -en donde inician los negocios- NO CRECE, por el contrario, los últimos tres años se ha contraído en un 2%. Al no haber negocios, mucha gente es despedida, e ingresa al sector terciario, aumentando en un 6% esta actividad, pero son contratados con salarios reducidos y sin tener un crecimiento en conocimiento de largo plazo.
En México estamos teniendo un estancamiento en el crecimiento de la población, ante los decesos de personas en los últimos 18 meses, y esto, en el futuro inmediato causara problemas a la economía, al no tener la fuerza laboral y de conocimiento de los que eran parte del desarrollo interno.
Al mismo tiempo, se ha incrementado la pobreza, al tener una población de 7.4 millones de personas que ganan entre uno a tres salarios mínimos del 2018 a 2020, repercutiendo en forma directamente proporcional a la reducción per cápita de las personas, contrayéndose en un 11% en el mismo intervalo de tiempo. ¿Por qué te preocupas que hay más pobres si esto continuará creciendo?
No importa que tengamos programas en el desarrollo social, estos no ayudan al desarrollo económico, al contrario, bajan el ingreso per cápita al ser un dinero cautivo circulante.
La pregunta: ¿Quién pagara por la energía, servicios o productos al no circular dinero que no sea del presupuesto de la nación, que provengan de los salarios de la burocracia o apoyos en programas a la sociedad?
No existan más tunos en la economía del país. En México somos un país de servicios, que depende de los negocios, proyectos, o inversiones públicas o privadas, y dependemos de la certidumbre financiera, política, seguridad, y ahora, de que la salud permita que puedan existir estos, y donde el dinero se sienta cómodo.
La economía estacionaria no genera crecimiento al no tener desarrollo interno que depende de la PEA, y esta, a su vez, del crecimiento poblacional que pueda tener un poder adquisitivo. Sin esto ¿de qué sirve tener empresas fortalecidas por el estado? no habrá quien pague por la energía transformada, al ser un país deficitario al importar energías primarias y secundarias.
¿Quién es el tuno?
Por Ramses Pech – Grupo Caraiva – León & Pech architect
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