La Inclusión Financiera se ha posicionado como uno de los temas de mayor relevancia en la agenda del G20.

El concepto de inclusión financiera está relacionado con el producto. La inclusión financiera busca que la mayor parte de la población adulta tenga acceso y utilice los diversos productos y servicios financieros. Un sistema financiero inclusivo puede ofrecer a los individuos y a las empresas mayor acceso a los productos para satisfacer sus necesidades financieras, tales como ahorrar para la jubilación, ahorrar para la educación de los hijos ó financiar el crecimiento de su negocio.

El sistema bancario de un país apoya el proceso de desarrollo y crecimiento económico. Una de las funciones más relevantes es movilizar el ahorro para financiar a empresas y familias.

Para estar en capacidad de lograr el objetivo anterior, la banca necesita tener los productos financieros que satisfagan las necesidades de sus clientes. También necesita de una infraestructura adecuada para que a la mayoría de la población le sea fácil realizar sus operaciones financieras. Lo anterior plantea una dualidad de aspectos que no se pueden disociar: producto y capacidad para operar el producto.

Es importante entender el comportamiento de la infraestructura de sucursales, cajeros, corresponsables y terminales puntos de venta a nivel global, estatal y municipal.

En México, la infraestructura se distribuye de manera diversa entre Estados y entre municipios. Nos encontramos que algunos tienen niveles similares a países desarrollados y otros niveles comparables con la de países africanos.

A nivel municipal la infraestructura se concentra en los de mayor tamaño. Por lo tanto, la infraestructura sigue a la actividad económica y no al revés.

Si bien un porcentaje importante de municipios no tienen infraestructura bancaria, en estos vive una pequeña parte de la población.

El problema de los municipios sin infraestructura bancaria no es la falta de ésta, sino la falta de muchos otros servicios y la baja actividad económica. El análisis nos muestra que la baja inclusión no se debe solo a la falta de infraestructura. Hay mucha población no atendida en municipios con infraestructura.

Lo anterior presenta un problema que requiere de una solución dual:

Si se quiere ampliar la infraestructura en donde hay actividad la dinámica del mercado lo hará́ como ha venido sucediendo. Si se quiere ampliar la infraestructura donde no hay actividad el mercado no lo hará́ al ritmo deseado por el gobierno.

Para este segundo caso es para el que se requieren definir políticas públicas para aumentar el tamaño de la red más allá́ de lo que el propio mercado la aumentaría. Al no ser un esquema de mercado se deben desarrollar mecanismos alternativos para lograrlo como:

  • 1) Subsidios a infraestructura en ciertas zonas y regiones.
  • 2) Utilizar a la Banca de Desarrollo o alguna otra entidad pública para ampliar la infraestructura.

Ahora bien, el objetivo no debe ser la infraestructura por ella misma, sino por una mayor inclusión. Se pueden diseñar programas para instrumentar en lugares de baja inclusión con infraestructura enfocados a lograr que la gente tenga y utilice los servicios financieros formales.  Aprovechar a los corresponsables bancarias y hasta el servicio de Telecom.

Sin embargo, si más personas acceden a servicios financieros desde el celular puede ser otra de las opciones para que la inclusión financiera aumente.

Por: Jorge Sánchez Tello

Director del Programa de Investigación Aplicada de la Fundación de Estudios Financieros-FUNDEF A.C.

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