En el poco tiempo que lleva la nueva administración de Trump, EUA ha perdido su liderazgo y su credibilidad, se ha generado una incertidumbre totalmente innecesaria, afectando con ello las expectativas de crecimiento de la economía global, a los mercados y a las relaciones comerciales de diferentes países. Lo anterior, debilita la confianza de los inversionistas y pone en riesgo el crecimiento económico mundial.

La administración del presidente Trump, ha marcado una línea en la relación con países europeos, se ha peleado con sus principales socios comerciales México y Canadá, amenaza con salirse de la OTAN, escatima su apoyo a Ucrania, favoreciendo con ello a Rusia al tiempo que incentiva el aumento en el gasto en defensa y en la industria militar (nuclear) tanto de países aliados como de no aliados, amenaza constantemente con aranceles un día y al otro también, debilita al dólar con sus ocurrencias de criptomonedas, busca controlar Canadá como un Estado más, comprar Groenlandia y controlar el Canal de Panamá, inicia una guerra comercial con todos los países particularmente con China con imposiciones de 10% a los productos provenientes de este país, que se suma a otro impuesto del 10% anunciado anteriormente , y así un largo etcétera en tan sólo unos cuantos días, generando incrementos en precios e impacto en las cadenas de suministro. Lo peor es que ha despertado el sentimiento anti-Yanqui, que sin duda tendrá consecuencias en temas económicos y políticos, y generando quizá un nuevo orden mundial pero no necesariamente liderado por EUA.

Para México los riesgos son altos, pues dependemos en gran medida del comercio con EUA, lo que podría llevarnos incluso a una recesión. Por ahora, nuestro país ha logrado que el presidente Trump suspenda los aranceles a los productos mexicanos por un mes más, pero reiteró que habrá aranceles recíprocos. Independientemente de la decisión en el corto plazo, parece que será una amenaza constante hacia nuestro país durante todo su mandato, además de que anticipa una difícil negociación del Tratado de Libre Comercio hacia el próximo año. Lo anterior está generando no sólo volatilidad en los mercados y en nuestra moneda, sino que también ha generado incertidumbre y desconfianza en la inversión. Se pone a prueba el “nearshoring”.

La imposición de aranceles podría impactar en nuestra economía reduciendo el crecimiento esperado para este año, el cual de por si se esperaba bajo (cercano al 1%); podría incrementar los precios de los productos, limitando mayores bajas en tasas de interés; y generar incluso salida de capitales, ante los menores incentivos de las empresas en establecerse en nuestro país, afectando con ello también al tipo de cambio. De hecho, algunas inversiones ya han sido pausadas en el mejor de los casos o incluso aplazadas de manera indefinida.

Los sectores de manufactura, particularmente relacionados con las autopartes (uno de los sectores con mayores exportaciones hacia EUA), estarán dentro de los más afectados, ya sea por una disminución en la producción y por lo tanto en pérdida de empleos, encarecimiento de los productos para los norteamericanos y por lo tanto afectaciones en las ventas, o bien, con menores márgenes para los productores.  

La economía mexicana depende tanto de la economía norteamericana que resulta difícil tener una alternativa pronta, a pesar de los acuerdos comerciales recientes con otros bloques económicos como el europeo, y las finanzas públicas tampoco alcanzan para disminuir el impacto. Algunos analistas han pronosticado una caída en el PIB de hasta el 4% en caso de darse y prolongarse las medidas arancelarias. Aunque no es el escenario más esperado, definitivamente el impacto podría ser importante.

Como quiera, bajo este contexto será necesario hacer lo que está en nuestras manos, continuar invirtiendo en infraestructura, en energía, en agua, mejorar los sistemas de seguridad y jurídico que permitan ofrecer las condiciones apropiadas y competitivas para la inversión, el crecimiento económico y la generación de empleos.

Por Carlos Alberto González Tabares

Director de Análisis Económico Cambiario y Bursátil de Grupo Financiero Monex

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