Desde hace varios años, China ha logrado ganar “peso” en el orden económico global.
Por Carlos González
Adiós al Dinero Barato
Desde hace varios años, China ha logrado ganar “peso” en el orden económico global. Actualmente es uno de los países más grandes del mundo, no sólo en extensión territorial, sino también en cuanto a su población. Con más de 1,390 millones de habitantes se ha convertido en la economía número uno medido por la paridad del poder adquisitivo según el FMI. Adicionalmente ha sido uno de los países con mayor crecimiento económico en los últimos años y una potencia en el sector industrial. Con sus demográficos, como país emergente y en medio de una creciente clase media y urbana, se ha convertido en el país con mayor potencial de crecimiento, y al mismo tiempo en un apetitoso mercado por la fuerte demanda que genera de productos y servicios de todo tipo, incluyendo materias primas, metales preciosos, industriales o energéticos, lo que la ha convertido en un jugador relevante en el comercio internacional.
Recientemente China superó a EUA como el consumidor más grande de petróleo en el mundo. Hay que recordar que históricamente EUA ha sido uno de los principales consumidores de petróleo, su posición dominante en el comercio internacional se ha reflejado en la imposición de reglas de juego, entre ellas la comercialización de productos denominados en dólares, entre ellas la negociación de petróleo, dando origen a los contratos de petróleo en dólares llamados petrodólares, incluso a pesar de que compradores y/o productores pudieran no ser estadounidenses. Lo anterior, ha generado una fuerte demanda de dólares en el tiempo, lo que le ha permitido a EUA mantener un poder económico y estratégico, así como mantener tasas de interés bajas y financiar con ello sus déficits en cuenta corriente.
Sin embargo, ahora la historia cambia. EUA está reduciendo su dependencia de las importaciones del petróleo, mientras que China se ha convertido en un cliente dominante para los principales exportadores de petróleo como Rusia, Venezuela, Irak, Irán y Arabia Saudita, (que dicho sea paso los primeros cuatro, ni el país asiático, tienen las mejores relaciones diplomáticas con EUA). Lo anterior, aunado a que China, como la primera economía mundial medido por PPC o la segunda medida en términos nominales, desea tener un papel más protagónico en la economía global, pretende mostrarse, pagando sus importaciones de petróleo en su propia moneda, por lo que emitió los primeros contratos de petróleo en yuanes, conocidos como petroyuanes, desafiando con ello al dólar.
Los petroyuanes, comenzaron a negociarse hace poco más de un mes (26 de marzo para ser exactos), lo cual marcará sin duda un punto de inflexión en la comercialización no sólo de petróleo sino de otras mercancías, creando con ello un mercado más amplio en yuanes y obligando a inversionistas a aumentar sus posiciones en esta moneda, generando reservas o invirtiendo en instrumentos denominados en yuanes, dando a China un mayor peso en la economía global.
Ciertamente China se está integrando cada vez más al sistema financiero global con una mayor influencia, es el país comercial más grande del mundo, con mayores reservas de divisas, el mercado de consumo más grande y consume la mayoría de productos básicos. En 2015 el FMI incorporó su moneda a la canasta de divisas de reserva (Derechos Especiales de Giro) y su mercado accionario se integró recientemente al índice de referencia del MSCI. La operación de petroyuanes continuará este proceso, estimulará la demanda de activos en los mercados financieros de China, impulsará las inversiones en instrumentos de largo plazo y la demanda de yuanes como moneda de reserva de algunos bancos centrales. Sin duda, el renminbi, otro nombre de la divisa china, se beneficiará con la continuación de su inminente internacionalización.
Sin embargo, actualmente cerca del 40% de las transacciones internacionales se llevan a cabo en dólares, por arriba del euro con el 30%, o de la libra con 8%, por lo que seguramente el yuan no desbancará al dólar, ni será en el corto plazo una moneda refugio, es más, ni siquiera estoy seguro que tenga un impacto significativo para el dólar. Adicionalmente, el papel de Gobierno chino, la intervención estatal, el control de la moneda y el favoritismo hacia empresas chinas, todavía dejan muchas dudas respecto a la divisa asiática.
China está ganando terreno y va en buen camino hacia la apertura a los mercados, sin embargo tendrá que seguir trabajando en reducir los controles de capital para facilitar el comercio, otorgar acceso institucional al mercado de bonos y abrir la economía a inversionistas internacionales.
Carlos Alberto González Tabares / Director de Análisis de Monex Casa de Bolsa[email protected]/ @carlosgtabares; @monexanalisis;