Empleaba dispositivo que ocultaba contaminación. Una corte federal en Estados Unidos aprobó este viernes una multa de 2,800 millones de dólares contra la automotriz alemana Volkswagen (VW) por haber empleado un dispositivo que ocultaba el nivel de contaminación de algunos de sus motores. La multa es parte del acuerdo al que llegó Volkswagen, en enero pasado, con el Departamento de Justicia de Estados Unidos luego de que la automotriz aceptara haber desarrollado motores a diesel equipados con un programa de cómputo que ofrecía información falsa.
La penalización es parte de los 30,000 millones de dólares que la automotriz ha desembolsado luego de que en 2015 fuera destapado el escándalo.
El acuerdo alcanzado en enero implica que Volkswagen pague 4,300 millones de dólares, lo que representa la más cuantiosa multa impuesta a una automotriz en Estados Unidos. El acuerdo determina además que Volkswagen acepte la supervisión de un funcionario federal.
“Este es un caso de fraude masivo deliberado perpetrado por la administración de Volkswagen. Este caso también implica un fracaso del consejo de supervisión de VW”, dijo el juez federal Sean Cox, con sede en la ciudad de Detroit.
Por su parte, el representante legal de la empresa, Manfred Doess, expresó ante la corte que “Volkswagen lamenta profundamente el comportamiento que dio lugar a este caso”. Asimismo, en una declaración difundida tras la decisión judicial, la automotriz acogió con beneplácito el nombramiento de Larry Thompson como supervisor bajo los términos de su acuerdo con el gobierno federal. “Hemos tomado medidas significativas para fortalecer la rendición de cuentas, mejorar la transparencia y construir una mejor compañía”, afirmó Hiltrud Werner, director de integridad y asuntos jurídicos de Volkswagen. La sentencia de este viernes es la última de una serie de acuerdos que los jueces federales han aprobado desde que la Agencia de Protección Ambiental (EPA) acusara a VW de instalar un programa de cómputo diseñado para reducir a niveles legales la información sobre emisiones. Así, los vehículos equipados con este dispositivo pasaban las pruebas a las que eran sometidos, pese a que durante el uso normal los contaminantes emitidos eran hasta 40 veces por encima de los permitidos por los reguladores.