México voltea a ver a China.

El pasado 31 de enero México eliminó diversos aranceles a productos provenientes de China, como el acero, textil y calzado. De manera alarmante, la respuesta de la Secretaría de Economía para los industriales de estos ramos fue que, en efecto, era una decisión tomada de forma premeditada, por lo que debían adaptarse a las nuevas condiciones de competencia. De acuerdo con nuestras fuentes, la medida fue tomada para favorecer las importaciones de acero barato proveniente de China para la construcción de la Refinería 2 Bocas, en Tabasco. Por si fuera poco, la semana pasada una delegación rusa estuvo en México para platicar con congresistas mexicanos, e incluso se entrevistaron con personas del sector energético sobre la compra-venta de gas ruso, en específico Gaz Prom, para sustituir el gas provenientes de EU, que, dicho sea de paso, no sólo está más cerca, sino que es más barato. Reuniones preocupantes Después de varios intentos, finalmente se reunió el subsecretario de Economía, Ernesto Acevedo, con CANACERO y CANAINTEX por separado. En ambas reuniones los industriales pidieron que se restituyeran las garantías y aranceles para sus sectores y evitar que China invada con producto de bajo precio el mercado mexicano. En ambos casos, la respuesta fue la misma: es momento de abrir el mercado, adaptarse a las nuevas circunstancias del mismo y dejar de ser ensambladores para dar el siguiente paso hacia transformadores… fueron las palabras del subsecretario, mientras Rocío Nahle, secretaria de Energía, trata de entender cómo se pudo construir una refinería barata en la India en tan sólo 3 años. Lo que realmente sucedió en la India es que la refinería no se construyó desde cero en tres años, sino que tardó en planeación y pedido de componentes entre 5 y 6 años anteriores a su construcción, y el gobierno permitió a empresas acereras hindúes dar acero a cambio de reducción de impuestos. Es decir, aceptó pagos en especie, lo que contablemente abarató los precios y los tiempos. Lamentablemente lo anterior no puede hacerse en México, por lo que la Refinería Dos Bocas, proyectada en 6,000 mdd, realmente costará entre 13,000 y 15,000 mdd, y no se podrá hacer en 3 años, sino en 5 ó 6, siendo muy eficientes, lo que obliga al gobierno mexicano a eliminar los aranceles al acero chino y permitir las importaciones para reducir sus costos. Por un capricho, se ponen en riesgo miles de empleos de México Es muy importante recordar que una de las cláusulas de recesión del T-MEC es hacer acuerdos comerciales con economías que no son de mercado, como es el caso de China, y es que los negociadores buscaban crear un bloque comercial de América del Norte impidiendo la entrada de China, lo que ahora López Obrador parece cambiar de forma radical con tal de cumplir sus proyectos. ¿Qué pensará EU de estos acercamientos de México con China? Es muy importante recordar que en tiempos de Barack Obama y Peña Nieto, repentinamente se cancelaron los proyectos del tren rápido DF-Querétaro y el Dragon Mart en Quintana Roo, ambos auspiciados con recursos chinos, en momentos en que Obama promovía el TPP, precisamente para evitar la expansión china en América. AMLO no convence La semana pasada se presentaron los proyectos del gobierno de López Obrador para fortalecer a la CFE y a Pemex. En el caso de CFE, se pretende regresar al modelo en que produzca y comercialice toda la energía eléctrica del país, con lo que se revierte la reforma energética en el  sector eléctrico. El principal obstáculo que enfrenta esta propuesta es que se requieren inversiones anuales del orden de los 100,000 mdp adicionales al presupuesto de CFE, mismos que, según filtraciones periodísticas, el secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, le habría negado al Sr. Manuel Bartlett, director general de CFE. El presidente López Obrador tendrá la última palabra, y cualquier decisión será de consecuencias terribles. Si decide hacerle caso al Dr. Urzúa —que sería lo mejor— y no acepta endeudar a la CFE o al país para construir con recursos públicos nuevas plantas de electricidad —muy probablemente usando carbón—, entonces deberá explicarle a su base de electores que la “Mafia del Poder” lo venció y no hay otra opción que permitirle a la iniciativa privada quedarse con una parte del sector eléctrico nacional o enfrentar apagones en el mediano y largo plazos. Sin embargo, como dudamos que acepte su error, entonces no habrá pronunciamiento alguno y permitirá que el caos con apagones llegue a la población, y entonces deberá tomar una decisión al respecto, como pasó con el desabasto de gasolina. Si AMLO decide que lo mejor es endeudar al país para recuperar el control total de la electricidad en México, entonces el Dr. Carlos Urzúa, secretario de Hacienda, deberá decidir si renuncia o lo hace cuando las Calificadoras le bajen el grado de inversión a México por no cumplir con la meta de superávit primario prometido En el caso de Pemex, el problema es mayor, porque es el principal contribuyente nacional. De 5.5 billones de pesos, que es el Presupuesto 2019, 1.6 billones los aporta la paraestatal, por lo que si caen esos ingresos, también las posibilidades del gobierno mexicano de pagar su deuda. De ahí su importancia Dos estudios profesionales concluyen que Pemex requiere 200,000 mdp adicionales para detener la caída de su producción, y que como se centrarían los esfuerzos en pozos maduros, para 2021 estos quedarían secos en su inmensa mayoría, por lo que aun en el mejor de los casos, para 2024 no se podrán extraer 2.4 millones de barriles diarios. La propuesta de López Obrador se quedó corta, ya que sólo propone dejarle a Pemex 107,000 mdp frente a los 200,000 solicitados. Por si fuera poco, aumenta sus gastos con la construcción de Dos Bocas y el uso de pipas en lugar de oleoductos, por lo que al aumentar los gastos, habría menos dinero para exploración.   A futuro En los próximos días conoceremos las cifras de Pemex al cuarto trimestre del 2018 (4T18), pero sobre todo, del 15 al 25 de abril el reporte al 1T19, y del 15 al 25 de julio al 2T19, tiempo suficiente para saber si logró o no revertir la caída en su producción, además de que, para ese momento, habrá iniciado tanto el transporte de gasolina vía pipas, como la construcción de la Refinería Dos Bocas.   Si no hay cambios, como todo hace suponer, las Calificadoras, al conocer los datos duros de Pemex, deberán quitarle el Grado de Inversión, lo que reducirá en automático la calificación soberana, dejándola muy probablemente apenas por encima del Grado de Inversión. Si, al mismo tiempo, la recaudación baja, derivado de menor empleo generado, como ya sucedió en enero de este año, entonces México estará al borde de perder su Grado de Inversión, lo que sería una terrible noticia para la economía nacional. Es importante recordar que, como regla de calificación, las empresas no pueden tener un nivel de calificación por encima del país en el que operan al emitir deuda extranjera. Si México pierde su grado de calificación, en automático lo pierde la CFE, Nafinsa, Banobras, así como América Móvil, Bimbo, Cemex y todos los bancos con papeles en dólares, lo que provocaría una estampida de dólares y obligaría a Banxico a subir su tasa de referencia para evitar presiones inflacionarias, además de que al incrementarse el costo de la deuda, aumentan los costos financieros y, en consecuencia, se reducen las utilidades, el ahorro y la inversión y los proyectos, como también su rentabilidad de forma dramática, sobre todo los de gran envergadura que requieren financiamiento.