Petróleo vuelve a caer
  • ¿Y la gasolina?
A pesar del recorte de la OPEP, la producción de petróleo shale de EU lo compensa sobremanera, por lo que sigue habiendo sobreoferta de crudo a nivel mundial, en momentos donde la demanda de Asia, a pesar de crecer, lo hace a su menor ritmo de los últimos 3 años. Una pesadilla para las finanzas públicas mexicanas, pero una excelente noticia para el resto de la economía, ya que los precios de la gasolina han bajado en lugar de subir al acercarse el verano. Petróleo, en picada A pesar del acuerdo para reducir la producción que alcanzó la OPEP entre sus miembros e incluso entre no miembros de la Organización, el petróleo cayó a 45 dólares el WTI, y logró rebotar un poco el viernes para concluir en 46.22, muy lejos de los 50 dólares que era el objetivo de la OPEP, pero sobre todo con grandes temores de que pueda caer en el segundo semestre del 2017. La próxima reunión de la OPEP está programada para el 25 de mayo, cuando el primer objetivo sería mantener los recortes a la producción de crudo e incluso incrementarlos, toda vez que la demanda no ha crecido como se esperaba, principalmente en Asia, y la oferta ha subido más de lo estimado por el efecto shale. Asia consume más de un tercio de la oferta global y ha sido durante los últimos 20 años la región más grande y de mayor crecimiento del mundo en consumo de petróleo, lo que incluso llevó a los precios por encima de los 100 dólares entre el año 2012 y 2014. Sin embargo, lo que alguna vez parecía un eterno crecimiento, ahora sucumbe ante un mercado que podría haber madurado. Según las cifras de diversos organismos, el crecimiento en el consumo de combustible en las economías más grandes de Asia estaría perdiendo fuerza. Cabe mencionar que China construyó en la última década una serie de nuevas refinerías, por lo que ya casi no requiere importar gasolinas y refinados de crudo, aunque sí necesita seguir importando petróleo, pero Arabia Saudita y Rusia, dos de los mayores productores de crudo del mundo, tienen en China a su mejor cliente y le están ofreciendo descuentos con tal de mantenerlo y no permitir la entrada de nuevos competidores. Las causas del desplome Gracias al petróleo shale y al avance constante de la tecnología, su extracción cada vez es más eficiente, tanto en términos de lo que se obtiene, como en una sensible reducción de costos, por lo que si bien antes era rentable extraerlo en precios superiores a los 50 y 60 dólares, ahora lo es a partir de 40 dólares el barril. De acuerdo con cifras de la Agencia Internacional de Energía (AIE) que depende del Gobierno de EU, la producción de crudo ha crecido en por lo menos 900,000 barriles en los últimos 12 meses, y se ubica en 9.5 millones de barriles diarios. Cabe señalar que la producción diaria de crudo ronda los 90 millones de barriles diarios (mBd), de los cuales alrededor de 30 mBd se utilizan para hacer gasolinas. Si realmente en los próximos años se da una revolución hacia los automóviles eléctricos, habrá una sobreoferta de crudo, y ningún país productor quiere reducir su producción, ya que muchos se acostumbraron a precios por encima de 100 dólares el barril y se han endeudado severamente en los últimos años. Por si fuera poco, la administración de Donald Trump sigue quitando todas las barreras ecológicas que se habían impuesto a la producción de crudo en EU con el objetivo de generar un mayor número de empleos, lo que puede conseguirse, pero además del daño ecológico que ello significa, es también incrementar la cantidad de petróleo que produce EU en el corto plazo. El futuro del precio del petróleo depende de qué tanto pueda convencer Arabia Saudita al resto de los miembros de la OPEP de reducir su producción de crudo; de si puede o no convencer a Rusia de también recortar su producción, ya que diversos indicadores señalan que no ha cumplido con su parte del acuerdo; y que tan rápido el mundo puede sustituir la gasolina y las fuentes fósiles para crear energía usando fuentes renovables. Todo apunta a que el precio del crudo podría subir a 50 dólares, tal vez a 60 dólares, por algún evento climatológico, pero si no hay un conflicto bélico, entonces no se mantendrá por encima de 60 dólares. ¿Y la gasolina? Y cuando el mundo entero esperaba que gracias al acuerdo de la OPEP y a losinminentes conflictos bélicos que DonaldTrump causaría —lo que provocaría que el precio de la gasolina subiera como la espuma, conforme se acerca el verano—, lo que hemos visto es que la gasolina cae y se mueve en sus cotizacionesinternacionales, al ritmo del petróleo. Pero esa es sólo una parte de la historia, porque en México, a partir del pasado 30 de marzo se liberalizaron los precios de las gasolinas y diesel en los estados de Baja California y Sonora; luego seguirán los estados fronterizos del Norte del país, el 15 de junio próximo, y en la mayor parte del país el 30 de noviembre de este mismo año. Pero que hay dos problemas. Por un lado, la forma más barata y eficiente de transportar gasolina es a través de oleoductos, que no hay en México y, por ende, las otras dos opciones —que es a través de pipas o tren— encarecen demasiado el traslado, al grado de que el precio final de las gasolinas se ubicaría por encima del precio de Pemex y no habría negocio alguno. Además de los elevados costos de traslado, el otro problema es el almacenamiento, ya que México no tiene infraestructura para ello y conforme se va requiriendo, las pipas se trasladan a las gasolineras, cuyos tanques de almacenamiento son muy pequeños en comparación a los enormes volúmenes que una empresa importadora requiere. Si no hubiera elecciones, el gobierno de México debería, en los estados donde ya liberalizó la gasolina, hacer que Pemex vendiera 10 centavos por encima del precio más alto que marquen los importadores, quienes tendrían un incentivo para vender gasolina importada a un precio final menor al de Pemex. Ese precio, inflado por los altos costos de traslado, provocaría que la iniciativa privada invirtiera en ductos y almacenamiento para eficientar su operación y los precios bajarían cuando se pusiera en marcha dicha infraestructura, pero muy probablemente dicho precio en estados de la frontera Norte del país rondarían los 20.00 – 22.00 pesos por litro en este momento. Pemex, en cambio, subastó parte de su infraestructura de ductos y almacenamiento a la iniciativa privada para que ésta la utilice y pueda acceder a costos más competitivos de operación y el golpe en el precio no sea tan elevado, como sucedería si la gasolina se traslada usando pipas. Sólo una empresa pujó por esa infraestructura, y ahora veremos si hace uso de esas instalaciones, las renta a terceros y si habrá o no competencia en los estados ya liberados. Mientras en México no se construya la red de oleoductos que el país requiere, Pemex deberá subastar su infraestructura para evitar un golpe mucho más duro a la economía al tener que reflejar los costos de logística al precio final de las gasolinas.