El riesgo político en AL está relacionado con fragilidades sociales: Coface
Las variables macroeconómicas como PIB per cápita, tasa de desempleo, inflación y desigualdad del ingres, son normalmente puntos débiles para los países Latinoamericanos.
El riesgo político en AL está relacionado con fragilidades sociales: Coface
América Latina ha experimentado una etapa difícil desde 2014. El desplome de los precios de las materias primas ha afectado la actividad económica por varios canales, entre los que se encuentran además los riesgos políticos que siempre han pesado negativamente en la región.
A través de un reporte la Compagnie Française d’Assurance pour le Commerce Extérieur (Coface) señala que tras 2 años de recesión, esto entre 2015 y 2016, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de la región finalmente repuntó en 2017 a una tasa estimada de 1.1% a tasa anual.
En este sentido Coface espera que se adquiera mayor tracción en 2018. Cabe señalar que el pronóstico de crecimiento es de 2.4% a tasa anual.
Sin embargo, esta mejor perspectiva se relaciona más con tendencias globales favorables que con méritos internos. A pesar de que un ciclo monetario restrictivo de ajuste gradual de las economías desarrolladas (especialmente en Estados Unidos), así como de una suave desaceleración de China y de una consecuente mejoría en los precios de las materias primas han ayudado a América Latina, el deteriorado ambiente político ha manchado la imagen de la región a los ojos de los muy necesarios inversionistas extranjeros, particularmente con los escándalos políticos y gubernamentales que han sido noticia en muchas ocasiones desde 2014.
La región tiene un notable historial de ser dirigida por sistemas políticos dictatoriales y gobiernos populistas, que han conducido a los países a experimentar episodios repetidos de hiperinflación y crisis de deuda pública en detrimento del desarrollo económico sostenible a largo plazo.
Aunque el terrorismo no es una de las preocupaciones principales para América Latina (con la excepción de México), al tiempo que las economías más grandes de la región están generalmente en menor riesgo a los confl ictos, el riesgo político asociado con tensiones sociales es más alto.
Los indicadores sociales deteriorados, resultados débiles de percepción de la corrupción y una relativamente alta tasa de homicidios, consecuencia de décadas de débil crecimiento e inefi cientes políticas sociales y económicas que han creado altos niveles de desigualdad, afectan las perspectivas de la región.
En este contexto, el riesgo político continuará como una importante preocupación para América Latina en 2018. En medio de la insatisfacción general contra la clase política tradicional, varios países elegirán su nuevo presidente este año, lo que incluye a Colombia (mayo), México (julio) y Brasil (octubre).
Por lo tanto, el riesgo de que las incertidumbres políticas afecten el ambiente económico aumenta, especialmente en Brasil y México.
El Modelo de Riesgo Político de Coface toma en consideración varias medidas agrupadas en fragilidad política y social y riesgos de seguridad.
Los países de América Latina generalmente se ubican alrededor de la media en el Modelo de Riesgo Político de Coface: a pesar de que sus calificaciones están impulsadas por bajos niveles de conflicto y terrorismo, los países están pobremente ubicados en lo que se refiere a fragilidades sociales y son relativamente vulnerables en lo que hace al riesgo social.
Las variables macroeconómicas incluidas en el modelo son normalmente puntos débiles para los países Latinoamericanos.
El indicador de la presión social también toma en cuenta la tasa de homicidios, una medición de la corrupción como factor de presión, así como una variable que provee información de la capacidad de la población para expresarse. Al examinar a las más grandes economías de la región, solamente Chile mantiene un nivel de presión social por debajo del 45% promedio reportado por el Modelo de Riesgo de Coface (compuesto por 159 países).
También vale la pena destacar que el resultado de los países se deterioró respecto de la lista de 2007 (Perú todavía es una excepción). Este fue particularmente el caso para México (castigado por sus índices de homicidio, libertad política y corrupción) y Brasil, que sintió el impacto de su peor recesión económica en sus indicadores sociales y que también observó un débil índice de corrupción.
En lo que se refiere a conflictos, México tuvo el más pobre desempeño en la región, debido en gran medida a la creciente violencia de las guerras de pandillas en el país. México ha enfrentado años de violencia a medida que el Estado ha luchado contra los carteles de la droga que cada vez más se han dividido en bandas más pequeñas y sangrientas.
En 2017, la tasa de homicidios sobrepasó a la del año pico en la guerra del país contra las drogas que fue 2011. Entre tanto, Colombia ha observado una significativa mejoría.
La violencia relacionada con las guerrillas ha caído considerablemente. A finales de 2016, el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) firmaron un acuerdo de paz para concluir 50 años de conflicto.
A pesar de las evidentes mejorías, todavía existen grupos disidentes en operación. Además, existe una significativa parte de la población que piensa que las condiciones del acuerdo fueron muy benévolas con los ex guerrilleros. Tambien te puede interesar