Con el auge del emprendimiento en América Latina y otras regiones del mundo, los inversionistas novatos se han convertido en blanco frecuente de ciberdelincuentes, quienes aprovechan la falta de experiencia o la necesidad urgente de crecer rápidamente para llevar a cabo fraudes digitales.

Según datos de diversas cámaras de comercio y organismos especializados en ciberseguridad, las estafas dirigidas a pequeños empresarios y startups han aumentado considerablemente en los últimos cinco años.

En ese contexto, ESET, compañía líder en detección proactiva de amenazas, advirtió sobre las principales estafas que amenazan a los emprendedores.

A medida que el comercio electrónico sigue en expansión, los estafadores perfeccionan sus técnicas para engañar a los empresarios y robar datos sensibles o dinero.

“Estas estafas pueden adoptar diversas formas, desde la suplantación de identidad hasta el phishing y tienen como objetivo despojar a las empresas de recursos valiosos”, comentó David González, investigador de seguridad informática del laboratorio de ESET Latinoamérica.

De acuerdo con la firma, los principales fraudes digitales que afectan a los emprendedores son:

Suplantación de proveedores: los estafadores crean páginas web fraudulentas que imitan a grandes marcas y a través de ofertas tentadoras ofrecen a los emprendedores productos o servicios que nunca serán entregados. Esta técnica es especialmente peligrosa porque las páginas parecen legítimas, lo que hace difícil identificar el fraude.

Eventos falsos: los ciberdelincuentes venden boletos para eventos y conferencias que prometen expandir la red de contactos de los emprendedores, así como brindarles capacitaciones, sin embargo, los eventos nunca se llevan a cabo y solo roban dinero a los usuarios.

Compras falsas en plataformas de e-commerce: otra forma de ataque es mediante pedidos falsos en las tiendas online de los emprendedores que resultan ser fraudulentos ya que se realizan con tarjetas robadas o información falsa, lo que resulta en pérdidas económicas.

Phishing: consiste en correos electrónicos falsos que parecen provenir de empresas o instituciones confiables. Los estafadores buscan obtener información confidencial como contraseñas o datos bancarios, que pueden ser utilizados para cometer fraudes financieros.

 “Los fraudes digitales son una de las amenazas más graves para quienes emprenden, especialmente para aquellos que recién inician su camino en el mundo de los negocios”, concluyó el investigador de ESET.

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