De prolongarse más de dos meses la huelga automotriz de Estados Unidos, nuestro país y otras regiones del mundo pueden comenzar a resentir estragos por el lado de la demanda de partes y componentes automotrices y de autos terminados, pero también por una posible interrupción de nuevos proyectos de inversión vinculados con la relocalización de empresas o “nearshoring”.
La suspensión de labores comenzó el pasado 14 de septiembre en las plantas de las automotrices de General Motors, Ford y Stellantis, en el centro manufacturero de Michigan, pero ahora ya se extendió a 38 plantas de empresas fabricantes de refacciones, recuerda EY, empresa de consultoría, en el análisis “Tres puntos clave para entender la huelga automotriz de Estados Unidos y su posible impacto en México”.
Te puede interesar: “Nearshoring” dejará inversiones en México por 70,000 mdd en los próximos dos o tres años
“Sin embargo, si se llega a extender a otros estados y a un plazo mayor a un par de meses, podría tener una afectación muy fuerte en la industria automotriz a nivel global”, refirió el análisis.
La huelga llega en un momento en el que está en marcha el proceso internacional de relocalización de empresas o “nearshoring”, el cual camina de manera incipiente en México. Pero ante la interrupción de labores en las plantas mencionadas de Estados Unidos, las empresas vinculadas con la industria automotriz pudieran enfrentar una situación de incertidumbre que las llevaría a postergar sus decisiones de inversión en territorio mexicano.
“Es probable que inversiones que ya están preparadas sean retrasadas, provocando una pausa en la construcción de más infraestructura para las empresas automotrices que buscan llegar a México”, refirió EY.
Asimismo, en un escenario en el que se prolonga la huelga más de dos meses, es posible que disminuyan los inventarios de autos terminados y de autopartes en Estados Unidos, lo que pudiera implicar una oportunidad para México de hacer más exportaciones al mercado norteamericano.
Sin embargo, no queda claro que la industria automotriz establecida en México pueda suplir toda la demanda de los consumidores norteamericanos, ya que la capacidad de producción de nuestro país es menor.
Estados Unidos tiene una capacidad de armar entre 18 y 20 millones de autos ligeros cada año; mientras que México tiene una capacidad de cuatro millones de unidades.

Recaudación de impuestos ha crecido 16% en relación con el sexenio pasado: SAT

Chihuahua, Coahuila y Nuevo León, los motores de las exportaciones en el 2T23

Primeras planas del viernes 29 de septiembre

Peso mexicano se apreció tras anuncio de política monetaria de Banxico

Inspecciones de Texas a camiones de carga violan el T-MEC: Concamin
Según los acuerdos finales que tengan las negociaciones entre las armadoras y las empresas de autopartes con el sindicato UAW, los costos laborales van a aumentar, con un consecuente ajuste en los costos de producción que se trasladarán al consumidor en los precios de los vehículos.
Entre otras demandas, el sindicato UAW exige un aumento a los salarios de 40%.
“Es probable que una parte de la absorción de estos costos se traslade al mercado, incrementado la inflación del precio de los automóviles y otra parte tendrá que ser con eficiencias que busquen las armadoras”, refirió el análisis de EY.
En este sentido, México puede convertirse en una opción para la industria automotriz norteamericana, ya que los costos de producción son menores que los de Estados Unidos.
De esta manera, se pueden compensar los nuevos proyectos de inversión derivados del “nearshoring” que pudieran congelarse o posponerse a causa de la huelga.
“Lo más probable es que la huelga se resuelva de manera rápida, ya que el gobierno de Estados Unidos también buscará prevenir daños mayores a su economía nacional”, concluyó el análisis.
GC