BBVA Research prevé que la economía mexicana cerrará 2025 con una contracción de 0.4% anual, debido a la incertidumbre que genera la política comercial estadounidense, con la imposición de aranceles, así como por los cambios al poder judicial y la consolidación fiscal.

De acuerdo con la institución financiera, los elementos mencionados han propiciado una disminución en la inversión y un menor ritmo en el consumo, lo que impactará en el desempeño del producto interno bruto.

Para 2026, el banco considera que la economía nacional se recuperará y crecerá a un nivel de 1.2 por ciento. Esto, porque pronostica que, en el mediano plazo, el país terminaría con un menor nivel de proteccionismo relativo, lo cual puede reactivar el nearshoring.

Según datos revisados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el PIB creció 0.20% en el primer trimestre del año respecto al trimestre previo, con lo que evitó una recesión. Esto, impulsado principalmente por una recuperación de las actividades primarias (agropecuarias), que crecieron 7.84% luego de que disminuyeron en 5.41% en el último trimestre de 2024.

No obstante, las actividades secundarias (industrias de la minería, manufacturas, construcción y electricidad) se contrajeron 0.13 por ciento.

En particular, el sector de la construcción de obras de ingeniería civil continúa registrando un deterioro, reportando en marzo una variación interanual de -27.5%, ante la disminución en la inversión pública (promediando -30.0% AaA durante los últimos seis meses).

La manufactura también continúa desacelerándose tras impactos previos como huracanes y la huelga en Boeing en Estados Unidos, y se espera que la perspectiva a la baja continúe en el segundo trimestre debido a la suspensión temporal de operaciones de algunas empresas y pausas intermitentes en los envíos hacía EU en abril, derivado del nuevo esquema tarifario estadounidense”, señaló BBVA Research en su más reciente Informe “Situación México”.

En tanto a las actividades terciarias (comercio y servicios), que reportaron una caída trimestral de 0.08%, el banco acentuó que continúan en una “prolongada desaceleración” debido al menor crecimiento de actividades ligadas a la industria, a la debilidad del comercio minorista, y del segmento de hoteles y restaurantes.

A lo anterior sumó que el comercio al por menor registra un crecimiento interanual de 1.0%, la cifra más baja desde diciembre de 2024. De hecho, anticipa que las ventas al menudeo continúen en desaceleración, ante la pérdida de empleos en la industria y el deterioro de la confianza de los consumidores en un entorno de incertidumbre.

Por otro lado, la institución financiera destacó que la inversión fija bruta no ha mostrado recuperación, derivado de la reducción en el gasto gubernamental en obra pública a través de los proyectos insignia del gobierno federal.

Bajo este escenario, prevé una caída en la inversión y una desaceleración del consumo.

La imposición de aranceles en EU y los cambios al poder judicial impactan la confianza de los inversionistas, así como sus decisiones económicas en el corto y mediano plazo.

El menor dinamismo económico y baja inversión generan desaceleración en empleo formal, poniendo en riesgo el consumo interno”, apuntó.

Respecto a la inflación, BBVA Research pronostica que se modere en los servicios a medida que la economía continúa debilitándose, compensando el alza de la de mercancías.

Así, podría cerrar 2025 en 3.9% anual, mientras que para el próximo año se ubicaría en 3.5 por ciento.

Sobre la política monetaria, estima que el Banco de México continúe recortando la tasa de referencia ante el deterioro económico doméstico. Según sus pronósticos, cerraría 2025 en 7.00% y alcanzaría un nivel neutral de 6.50% en el primer trimestre de 2026.

En lo que respecta al peso mexicano, el Informe “Situación México” anticipa una ligera depreciación en los próximos meses.

Este comportamiento se explicaría por un menor diferencial de tasas de interés entre México y Estados Unidos, así como por la desaceleración de la economía nacional”.

El tipo de cambio cerraría el año en 20.45 pesos por dólar.

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