En política, como en cualquier aspecto de la vida, la amistad es un valor que rara vez se mantiene intacta pues los sacrificios resultan muy costosos. Y es que no cualquier persona o grupo está dispuesta a asumir las consecuencias de ser cómplice, de entregar su apoyo incondicional, su lealtad y compromiso a un amigo. El Presidente López Obrador a lo largo de su carrera política ha demostrado, a todos quienes buscan su manto protector, los beneficios de poder llamarse “su amigo”. Una vez que se tiene su amistad, todos los pecados cometidos anteriormente se olvidan y se tiene una suerte de renacimiento moral porque, si bien el Presidente Andrés Manuel también tiene amigos, al igual que Vicente Fox los tuvo, los del político tabasqueño no son corruptos pues él no se junta con traviesos. Uno de los grupos, desde su ala moderada hasta la más radical, que junto a sus liderazgos han recibido más el beneficio de la amistad del hoy Presidente es la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE); quienes, a lo largo de los años, siempre han sido protegidos con un comentario amable por parte de López Obrador. Por eso, no importa que uno de los extremos más radiales de la CNTE deje sin clases a niños en Oaxaca, Chiapas o, en este caso Michoacán; pues desde el punto de vista Presidencial, las manifestaciones de este grupo de “maestros” son una muestra de libertad de expresión. Tampoco resulta un disparate que la CNTE, especialmente en esta entidad, reclame cosas como el pago de cuotas, bonos y salarios sin presentarse a trabajar o la inclusión de cientos de plazas prometidas año con año a normalistas que hacen imposible cualquier planeación presupuestal. De nada valen los reclamos de miles de pequeños, medianos y grandes empresarios que deben despedir a cientos de personas por las pérdidas económicas. Aun así, el Presidente una y otra vez dijo durante la más reciente crisis provocada por sus amigos, que no iba a reprimir a los maestros con el uso de la fuerza pública y eso, para quienes en la CNTE aún no lo entienden, es una muestra de lealtad y amistad total por parte del Presidente. Para López Obrador, estos luchadores sociales eran y son sus amigos que merecen todo su respaldo. Quizá por eso, el Presidente creyó que sólo con sus llamados a portarse bien y a liberar las vías del ferrocarril, sus amigos le responderían inmediatamente y terminarían con las pérdidas que hoy suman más de 20 mil millones de pesos como lo asegura la Confederación de Cámaras de Industriales (Concamin) haciéndolo quedar bien, pues para eso son los amigos ¿no? Pero ¿Cómo respondió la CNTE michoacana a esta muestra de amistad? Lamentablemente no sólo no levantaron todos sus bloqueos y regresaron a clases agradeciendo a su amigo por alimentar su codicia con los más de mil millones de pesos que les regaló. Ahora, los amigos del Presidente tomaron por la fuerza 21 de las 113 sedes administrativas de los municipios que conforman el estado de Michoacán y siguen con sus prácticas de bloquear centros comerciales especialmente en Morelia. Esta situación debe tener muy triste y molesto al Presidente López Obrador pues debe preguntarse ¿Quién sigue? Ya que cuando más los necesita para hacer una realidad la 4ª Transformación, en las acciones de la CNTE michoacana, está viviendo la traición de un amigo.