Estando a pocos días de iniciar el cuarto mes de la administración del Presidente López Obrador, mucho se ha escrito para señalar cómo es que el actual gobierno no dice realmente nada y que todo indica que sólo aparenta hacer cosas. Pero, realmente, poco hemos criticado la actuación de muchos medios de comunicación, de sus “reporteros” y conductores de noticias que rayan en la complicidad burda. Y es que resulta inaceptable que durante los monólogos mañaneros que tiene el Presidente de la república, ninguno de los reporteros presentes tiene la perspicacia de sacar, de la “respuesta” a sus preguntas, un hilo que de luz a algunos de los temas que importan a la sociedad que pretenden mantener informada. Pongo, como ejemplo, el lamentable caso del periodista mexicano Jorge Ramos quien fue objeto de la más vil y descarada muestra de censura por el Presidente Nicolás Maduro. Es cierto, el estilo de Jorge es uno que resulta muy incómodo para algunos personajes, pero, nada justifica los momentos de tensión que vivieron su equipo y él por el autoritarismo de uno de los mandatarios más controversiales de los últimos años. Lo que Jorge logró, en pocos minutos, fue ponerle “rostro” a esa idea dictatorial y despreciable que todos conocemos como “Nicolás Maduro”. Lo desnudó hasta dejarlo como el intolerante e ignorante autoritario que es y tal vez, si los pocos aliados que le quedan al venezolano se atreven a abandonarlo por lo sucedido, precipitar su caída del poder. Dicho esto, y a pregunta expresa de un reportero durante la aparición mañanera del Presidente López Obrador pidiéndole su opinión respecto a la censura de la que fue blanco Jorge Ramos; el titular del poder ejecutivo federal sólo dijo: “…No quiero involucrarme en un asunto que está muy polarizado…” Esta respuesta por sí sola debiera resultar incendiaria, pero, lamentablemente pasa como una nueva evasiva a la que nadie cuestiona. ¿Cómo que el Presidente no tiene una opinión sobre un evento que involucra a un mexicano? ¿Acaso el Presidente López Obrador no protegerá a los mexicanos en peligro si estos se encuentran en una situación “muy polarizada”? ¿Será que los periodistas no tendrán el respaldo de su gobierno si eso involucra tomar una posición específica? Pero el problema no está sólo en el Presidente y su completa falta de deseo para dar una respuesta concreta; también son esos “reporteros” que deben ir más a fondo con sus cuestionamientos. Como nunca en la historia, los reporteros tienen, cada mañana, la oportunidad de cuestionar al poder y deben aprovecharla. Tal vez la 4ª Transformación de México deba pasar también por la prensa y el periodismo en general; porque miles de mexicanos buscan y merecen informarse a través de medios de comunicación que sean sólidos, comprometidos e independientes. Los tiempos actuales son muy interesantes pues una respuesta puede tener mil interpretaciones, pero, primero, debemos tener un cuerpo de prensa dispuesto a todo, incluso hasta cambiar, para conseguir una respuesta.