La elaboración y venta de la rosca de Reyes moviliza una amplia cadena productiva en México. Desde los productores de huevo, leche y otros ingredientes, hasta los panaderos y los comerciantes mayoristas y minoristas se ven beneficiados por esta tradición.

De acuerdo con datos de la presidencia de la República, en el país se venden aproximadamente cuatro millones de Roscas de Reyes de diferentes tamaños, costos e ingredientes. Esto, porque se trata de una tradición muy arraigada.

Según datos de la Cámara Nacional de Comercio Pequeño (Canacope), 77% de las roscas de reyes se venden entre el 4 y 7 de enero. Y de éstas, al menos 6 de cada 10 son de tamaño grande, catalogado para 8 a 10 personas.

Lo anterior, porque un mexicano en promedio prueba al menos dos tipos diferentes de Rosca de Reyes; una con la familia, y la otra en el trabajo, escuela o con amigos.

En este contexto, la Cámara Nacional de la Industria Panificadora prevé que el consumo de la rosca en esta época genera más de 2,250 millones de pesos, lo que equivale, en promedio, a 20% de los ingresos anuales de este sector en todo el país.

Cabe mencionar que, en nuestro país se acostumbra partir la rosca en familia el 6 de enero después de recibir la esperada visita de los Reyes Magos, acompañándola con chocolate caliente, por lo que también se incrementa la venta de los insumos para esta bebida.

Igualmente, debido a que el festejo no termina ahí, ya que la tradición mexicana dice que a quien le salga el “Niño Dios”, se convierte en el padrino o madrina, por lo que debe cuidarlo y llevarlo a bendecir a la iglesia el 2 de febrero, Día de la Candelaria, además de pagar los tamales y el atole, lo que también genera una derrama económica.

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