La Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) advirtió que la disminución de la jornada laboral máxima de 48 a 40 horas semanales implicará un aumento de hasta 38% en los costos de producción de las empresas.

En el segundo foro de consulta sobre la propuesta para reducir la jornada laboral máxima en el país, Alejandro Malagón, presidente de la Confederación, hizo ver que “este tipo de reformas requiere de una dosis de realismo”, ya que puede y debe ser alcanzada de manera gradual, diferenciada y tomando en cuenta la viabilidad de las empresas y la productividad.

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“Si las empresas mantienen su producción actual pagando horas extras, sus costos laborales se incrementarían hasta 38%, si optan por contratar personal adicional, sus costos aumentarían 22%, son aumentos que podrían afectar la estabilidad de los precios que requiere este país”, aseguró el dirigente empresarial desde Monterrey, Nuevo León, donde se realizó el foro.

Ante el secretario del Trabajo y Previsión Social, Marath Bolaños López; el gobernador de Nuevo León, Samuel García Sepúlveda, y otras autoridades federales y locales, Alejandro Malagón aclaró que la intención del sector privado no es “generar temor”, sino hacer “un acompañamiento técnico” de la reforma.

El dirigente empresarial advirtió que las micro, pequeñas y medianas empresas (mipyme), que constituyen 97% de las unidades económicas y generan ocho de cada 10 empleos, enfrentan varios desafíos como generación de bajos márgenes de ganancia, una limitada digitalización de sus procesos y restricciones estructurales que no se pueden ignorar.

Además, existen otros retos que México debe enfrentar como el agotamiento del bono democrático, la creciente informalidad, la automatización de procesos en varias industrias y la apremiante necesidad de generar ocho millones nuevos empleos en los próximos cinco años para entender la demanda de empleo de la población.

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“En Concamin estamos a favor de una transformación laboral sostenible, que comprenda las capacidades reales de las empresas y que no se sacrifique el empleo por alcanzar un estándar”, aseguró Alejandro Malagón.

Ante representantes del movimiento obrero y otros líderes empresariales, el dirigente de los industriales del país formuló una serie de propuestas que pueden adoptarse para alcanzar “una jornada más humana, pero sin desfondar la economía, ni ahuyentar inversión”.

Entre otras medidas, Alejandro Malagón sugirió promover la reorganización del trabajo dentro empresas, para impedir el pago obligatorio de horas extras; así como otorgar apoyos y subsidios a la mipyme.

Otro aspecto que mencionó Concamin es un análisis riguroso de cómo puede reflejarse la reducción de la jornada en el pago de prestaciones laborales ligadas al salario, como seguridad social, vacaciones pagadas, aguinaldo, primas dominicales, cuotas al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y reparto de utilidades, entre otras, para evitar sobrecostos.

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Además de lo anterior, Alejandro Malagón sugirió que en la reforma se permita a las empresas utilizar esquemas como los “bancos de horas” y los contratos de trabajo por hora.

En aras de evitar posibles controversias con Estados Unidos, el dirigente empresarial también propuso que se posponga la aprobación de la reforma hasta después de concluida la próxima revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

GC