Banco de México (Banxico) sorprendió al mercado. Ante las persistentes presiones inflacionarias que existen en el país, aumentó de manera unánime su tasa de interés en 50 puntos base, a 11 por ciento, un nuevo máximo en registro.
Con ello, también se desacopló de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed, por sus siglas en inglés), que subió en 25 puntos el costo del crédito en su última reunión.

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“El balance de riesgos respecto a la trayectoria prevista para la inflación en el horizonte de pronóstico se mantiene sesgado al alza”, expuso Banxico.
El consenso del mercado esperaba una alza de 25 puntos base, para llegar a 10.75 por ciento. Incluso, en la última Encuesta Citibanamex, 33 de 33 analistas hablaban de un ajuste de un cuarto de punto porcentual.
Con la integración de Omar Mejía como subgobernador, en sustitución de Gerardo Esquivel, el instituto central mantiene el ciclo alcista en el costo del crédito. Previamente subió su tasa de referencia cuatro veces en 75 puntos y uno ocasión más en 50.
Hoy, el Instituto Nacional de Estadística y y Geografía (INEGI) dio a conocer que la inflación anual se aceleró en enero a una tasa anual de 7.91 por ciento, mayor a la esperada y a la registrada en diciembre.
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¿Qué dice Banxico?
En su anuncio de política monetaria, el instituto central señaló que ante un proceso de desinflación más lento de lo previsto, los pronósticos para las inflaciones general y subyacente se ajustaron al alza para todo el horizonte.
“Se anticipa que la inflación converja a la meta en el cuarto trimestre de 2024 (antes era tercer trimestre)”, comentó.
Estas previsiones, dijo, están sujetas a riesgos. Entre ellos, persistencia de la inflación subyacente en niveles elevados; presiones en los precios de energéticos o agropecuarios; reapertura de la economía china; depreciación cambiaria, y mayores presiones de costos.
La Junta de Gobierno evaluó la magnitud y diversidad de los choques inflacionarios y sus determinantes, así como la evolución de las expectativas de mediano y largo plazos y el proceso de formación de precios.
Además, consideró los retos ante el apretamiento de las condiciones financieras globales, el entorno de incertidumbre, la persistencia de las presiones inflacionarias acumuladas y la posibilidad de mayores afectaciones a la inflación, así como la postura monetaria que ya se ha alcanzado en este ciclo alcista.
“En particular, determinó que, ante la dinámica de la inflación subyacente, en esta ocasión es necesario repetir la magnitud del incremento en la tasa de referencia de la reunión anterior, a fin de estar en una mejor posición para hacer frente a un entorno inflacionario todavía complejo”, señaló.
Además, el Banco de México anticipó que habría más ajustes hacia adelante.
“La Junta de Gobierno considera que ante la postura monetaria que ya se ha alcanzado y en función de la evolución de los datos, el incremento en la tasa de referencia en la próxima reunión podrá ser de menor magnitud”.
Analistas aplauden
El nuevo nivel de la tasa de interés de 11 por ciento es restrictivo, pero es necesario, ya que “la inflación no está para menos”, dijo Gabriela Siller, economista en jefe de Banco Base.
A diferencia de Estados Unidos, la inflación en México repuntó en enero, particularmente la subyacente (mercancías alimenticias y no alimenticias, además de servicios), la cual preocupa y refleja que existen presiones importantes en precios, añadió la analista.
El experto Luis Gonzali consideró que Banxico manda una señal de que sí puede desacoplarse de la Fed y entre una postura monetaria más agresiva.
“Esto es una buena señal, ya que el ciclo inflacionario en México se encuentra con una dinámica distinta a la de Estados Unidos”, dijo.
Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody’s Analytics, consideró que ante el desfavorable dato de inflación en enero y la resistencia que presenta la inflación subyacente, la decisión monetaria de hoy va en la dirección correcta para intentar desestimular una realineación de precios en los meses siguientes.
“Consideramos que un alza de 50 puntos base manda un mensaje más claro hacia el compromiso con la estabilidad de precios e incluso abre espacio a las autoridad para evaluar de mejor manera la naturaleza e implicaciones de la reciente alza inflacionaria”.
FP